Andalucía
PSOE y PP evitan el cuerpo a cuerpo con la corrupción
Podemos eleva el tono por las irregularidades que rodean a la Junta. Deriva en un agrio debate entre Díaz y Teresa Rodríguez, que clama por el fin del «susanismo»
Podemos eleva el tono por las irregularidades que rodean a la Junta. Deriva en un agrio debate entre Díaz y Teresa Rodríguez, que clama por el fin del «susanismo»
La sesión de control al gobierno, con las tradicionales preguntas de las doce de la mañana dirigidas a Susana Díaz, se produjo 24 horas después de que comenzara a declarar el ex presidente José Antonio Griñán en el juicio político de los ERE. Ni siquiera conocía –dijo– la partida que desembocó en el principal fraude que se ha producido en la comunidad en la historia democrática. Es la primera vez que un presidente andaluz se sienta frente a un juez procesado por un caso de presunta corrupción política. Y, cuando acabe, el relevo se lo dará Manuel Chaves, que lideró la Junta durante 19 años. El contexto hacía prever que el escándalo se filtraría por los muros del antiguo Hospital de las Cinco Llagas. Y que el PSOE devolvería el golpe dirigiendo las baterías contra el PP por el «caso Cifuentes». Sin embargo, no ocurrió ni lo uno ni lo otro. El presidente andaluz del PP centró su discurso en el maltrato de la Junta a la provincia de Córdoba. No mencionó la palabra ERE. Como consecuencia, la presidenta de la Junta tampoco aludió al «caso Cifuentes» en su réplica a los populares. Cs, que está entre dos fuegos por apoyar a Cifuentes en Madrid –aunque ahora le reclame la dimisión– y a Susana Díaz en Andalucía, se ciñó a la neutralidad pese a que metió presión con la puesta en marcha de la Oficina Antifraude. IU y Podemos sí se refirieron al inicio de la declaración de Griñán. Y fue esta última formación la que arremetió de forma más dura sobre corrupción aludiendo a otros casos como el de la Fundación Guadalquivir en Córdoba, en la que miembros del PSOE se quedaron con «mordidas» de sueldos de trabajadores; o el que Teresa Rodríguez tildó de «cifuentazo»: la manipulación de papeles enviados por parte de la Consejería a un juez tras el presunto enchufe de una profesora.
El coordinador regional de IULV-CA, Antonio Maíllo, dirigió su pregunta hacia los consorcios sanitarios que mantiene la Junta con empresas privadas. No obstante, buscó el hueco en sus críticas para preguntar a Susana Díaz si el procesamiento de Griñán y Chaves no merecen una «autocrítica» en la Junta de Andalucía y especialmente en la gestión del dinero público. La portavoz de Podemos, Teresa Rodríguez, que retornó a las preguntas a la presidenta tras varias sesiones de ausencia, sí fue más directa: «20 años del gobierno andaluz están sentados en el banquillo. No me preocupa tanto lo que hacen con el dinero como lo que no hacen. Han dedicado el dinero de los ERE a ganar elecciones y a tejer redes clientelares», deslizó al tiempo que pidió una alternativa no al «socialismo», sino al «susanismo» que se ha implantado.
La dirigente de Podemos pidió explicaciones en relación a Cristian Menacho, ex secretario general de Juventudes Socialistas de Andalucía en la capital cordobesa al que acusó directamente de quedarse con dinero de los empleados. Al tiempo que vertía las críticas mostró una fotografía de este ex cargo del PSOE junto a Susana Díaz.
La jefa del Ejecutivo usó el mismo argumento para criticar tanto a Podemos como a Izquierda Unida, a los que acusó de hacerle el juego a la derecha. Con Teresa Rodríguez la crítica abundó más en lo personal. En primer lugar, vía indirecta, la presidenta de la Junta reconoció la labor de la portavoz adjunta de Podemos Carmen Lizárraga en la negociación de la propuesta de financiación para mostrarle que con otros dirigentes de su partido es posible el acuerdo y el diálogo aunque sea «desde la discrepancia». Después llegó la crítica más directa: «Usted –le dijo a Teresa Rodríguez– ni soñando es más honesta que yo. No le voy a permitir que dé lecciones». «Sólo quiere deslegitimar la política para sacar provecho de ella. Viene a sacar tajada a la política», reprochó a la dirigente de Podemos, de la que dijo que sigue instalada en su lema de «con el PSOE ni muerta», frase que no es apócrifa. La pronunció en una ocasión Teresa Rodríguez en la Cámara. «Allá usted con su desesperación», zanjó la presidenta andaluza.
Susana Díaz, por otra parte, trató de zafarse de las críticas relatando las medidas que ha implementado su gobierno en pos de la transparencia y contra la corrupción. «Hemos combatido la corrupción en todos los frentes», dijo. Aludió a la publicación de la declaración de bienes de los altos cargos y de sus cónyuges, el cambio en el sistema de subvenciones, la modificación de las transferencias de financiación o el cambio de la ley de hacienda pública para reforzar el control interno.
No obstante, en materia anticorrupción hay muchas medidas en el cajón. Está pendiente el cambio de la Ley de la Cámara de Cuentas para que tenga poder vinculante y sancionador, la Ley de Subvenciones o la Oficina Antifraude a la que se comprometió el PSOE en su acuerdo de investidura con Ciudadanos de junio de 2015 y que aún no se ha puesto en marcha. Podemos preguntó por este asunto y Cs lo abordó tanto en la pregunta que dirigió Juan Marín a la Junta como en otra pregunta oral de Sergio Romero a la consejera de Hacienda, María Jesús Montero, en la que se mostró más vehemente que de costumbre.
El Ejecutivo andaluz se defiende señalando que la entrada en vigor es «cuestión de días» y que el trámite se ha dilatado porque el Ministerio de Interior ha presentado alegaciones y las están estudiando. Sergio Romero se remontó a un compromiso de la Junta en noviembre de 2015 para poner en marcha la Oficina Antifraude en 2016. «A quien está defraudando no es a Ciudadanos con su retraso. Con quien no está cumpliendo su gobierno es con los andaluces, con la regeneración democrática y con su propia palabra», argumentó el diputado de Ciudadanos.
En materia de financiación y de Presupuestos Generales del Estado (PGE) Juanma Moreno y Susana Díaz sí que se fajaron con un intercambio de reproches. La presidenta de la Junta tildó al jefe de filas de los populares de «manijero de Rajoy» por no defender los intereses de la comunidad en Madrid. Moreno, por su parte, instó a la presidenta autonómica a elegir entre dos lealtades: «o está con Pedro Sánchez –dijo– o está con los andaluces».
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