Desahucio

Segundo suicidio en 48 horas en Málaga ante la pérdida de su piso

Había alcanzado un acuerdo para la dación en pago

La presión social sobre los desahucios se mantiene pero aún se dan casos trágicos como el de Ardales o el de Málaga capital
La presión social sobre los desahucios se mantiene pero aún se dan casos trágicos como el de Ardales o el de Málaga capitallarazon

Un hombre de 47 años, casado y con dos hijos, se suicidó el pasado sábado en la localidad malagueña de Ardales, víctima que se une a la mujer de 56 años que un día antes se quitó la vida en Málaga capital tras recibir una orden de desahucio.

El fallecido tenía contraída una abultada deuda con una entidad financiera, según confirmó el alcalde del municipio, Juan Calderón, quien no obstante informó de que recientemente había llegado a un acuerdo con el banco para la dación en pago del inmueble en cuestión.

El hombre, camionero de profesión, mantenía una «situación complicada» dado que era el único de los cuatro miembros de la unidad familiar que poseía un puesto de trabajo.

El propio alcalde, de Izquierda Unida –formación que tutela la consejería de Fomento y Vivienda de la Junta–, le informó semanas atrás de la existencia de unas oficinas de información y asesoramiento para evitar desahucios, si bien no se mostró interesado.

Fuentes de la entidad financiera Unicaja confirmaron ayer a Efe que el fallecido mantenía deudas con la entidad, si bien negaron la existencia de orden de desahucio o requerimiento alguno al respecto. En el momento del suceso tenía cuatro cuotas impagadas.

Según la citada fuente, el pasado octubre el matrimonio y sus dos hijos firmaron una carta para la dación en pago de la vivienda de forma amistosa, y en estos momentos se estaba estudiando la fórmula del alquiler social.

Precisamente ayer el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Gonzalo Moliner, informó en el Congreso de los Diputados de que las ejecuciones hipotecarias han registrado un incremento del 134,13% y advirtió de «un conflicto social».