Derecho laboral
Sevilla Shipyard aspira a competir con Europa y no con Cádiz o Málaga
La familia De Celis –Luis Ramón y sus tres hijos– dio a conocer ayer los detalles del proyecto de reparación de buques con el que pretende reactivar en menos de un mes el astillero del puerto hispalense, cerrado desde hace año y medio. La empresa Sevilla Shipyard se encuentra a la espera de la aprobación de la solicitud de concesión por 35 años por parte de la Autoridad Portuaria, actualmente en periodo de exposición pública hasta el 10 de junio.
Sevilla Shipyard utilizará sólo una parcela con dique seco y varadero de 11.000 metros cuadrados del astillero para centrarse en la reparación de buques mercantes de hasta 150 metros de eslora. Parte de un ajustado «planteamiento de mínimos»: uno de cada cuatro buques que llega al Puerto –al año son alrededor de 1.000– necesita ser reparado, en base a la obligación cuatrienal de revisión-reparación de buques mercantes para mantener su certificación; la empresa aspira inicialmente a reparar entre 30 o 40 al año, con los que la viabilidad del proyecto estará garantizada. Otra cosa es la rentabilidad, prevista a partir del quinto año. «No descartamos ninguna línea de negocio: pesqueros, remolcadores, yates... sin descartar la construcción menor. Estamos dispuestos a meterle mano a todo lo que flote», dijo De Celis, que afirma tener ya clientes esperando y que la fortaleza del proyecto reside en el prestigio en el trabajo y la experiencia comercial acumulado durante décadas en otros astilleros de España. A una escala mucho menor, toma de modelo la empresa Metalships de Vigo, con la que también colabora en el área comercial. Así, Sevilla Shipyard aspira a tener una plantilla propia de mandos intermedios y apoyarse en empresas auxiliares colaboradoras del antiguo astillero.
No obstante, el proyecto no ha estado exento de críticas. El empresario Mario López, responsable de Cernaval, que opera en Cádiz y Málaga asegura que Luis de Celis es un «engatusador profesional carente de ética». Una opinión que no inquietó al promotor de Sevilla Shipyard: «Sé que nuestros competidores nos temen», argumenta De Celis, que recalca que el astillero hispalense era «el mejor de España» y que su aspiración es competir con Portugal, Holanda, Alemania o Francia y no con otros astilleros andaluces. «No quitaremos trabajo a Cádiz, que reparar barcos mucho mayores».
Sevilla Shipyard prevé una ampliación de capital –está constituida con sólo 4.000 euros– el día después de que la Autoridad Portuaria le conceda la concesión.
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