Andalucía
Travesías literarias
El reciente y merecido éxito de la serie de HBO «Chernobyl» ha disparado el número de visitas al entorno de la central nuclear, especialmente a la fantasmagórica ciudad de Pripiat. Precisamente este destino es con el que comienza el libro «Turismo dark», que ofrece una singular muestra de lugares malditos o asociados con la muerte y el misterio. Algunos son más conocidos como Auschwitz, el cementerio judío de Praga o la prisión de Alcatraz, pero otros resultan todo un descubrimiento, como el penal de Port Arthur, en Tasmania o las fétidas cuevas de Gomantong, en Malasia. También hay una amplia oferta de destinos en «El viaje perfecto», en el que Paco Nadal, periodista especializado en la materia, ofrece propuestas para quienes deseen perderse en una isla, celebrar una luna de miel o disfrutar de culturas indígenas, entre otras muchas opciones.
En estos días previos a las vacaciones, las guías de viaje, como las modélicas y recientemente editadas «Seúl de cerca» o «Lo mejor de Islandia», resultan imprescindibles en el equipaje, pero también debe haber sitio para otras lecturas que introducen a su portador en el destino al que se dirige. Recorrer una región tan hermosa como los Balcanes, por ejemplo, resulta más fascinante si se hace con «Yugoslavia, mi tierra», en la que Goran Vojnovic introduce al lector en un viaje emocional, físico y temporal al conflicto bélico que asoló la región en los 90 y cómo éste afectó a sus supervivientes. Apenas tres meses separan «El paraguas balcánico» y «Maratón balcánico», ambos escritos por españoles y buenos conocedores de la zona. Éste último es obra de Miguel Roán, con más de una década de residencia en Belgrado, tal vez la única capital europea que cuente con una enorme pancarta desplegada frente al Parlamento donde se muestra el rechazo a los deseos de independencia de Kosovo y Cataluña con un contundente «no pasarán» en castellano. Roán escribe sobre los Balcanes con precisión a la vez que desnuda el carácter de sus vecinos, presos del fatalismo balcánico, expresión acuñada por el Nobel de literatura Ivo Andric que ilustra con acierto.
En «El paraguas balcánico» el diplomático Enrique Criado habla más sobre Bulgaria, donde estuvo destinado tres años. De lectura amena y plagado de referencias literarias, resulta especialmente interesante, entre otros motivos, por sus aportaciones sobre el ladino y la comunidad sefardí en este país.
Pese a esta coincidencia sobre los Balcanes, Japón protagoniza más novedades editoriales, en parte por la existencia de una compañía especializada en este país, Satori, responsable de la excelente, y tan amena como práctica, guía de viajes «Kochi, kochi!», así como de «Hanakotoba, el lenguaje de las flores», un pequeño diccionario de palabras intraducibles en nuestra cultura, como «nakama», ese amigo especial considerado de la familia o «shibui», el pequeño placer cotidiano. «Japomanía» es una original introducción al país a través de ilustraciones con las que aprender el ritual de las reverencias o cómo comportarse en público a la vez que se viaja a sus mejores escenarios. La rica gastronomía está presente en este libro, al igual que en «Kochi, Kochi!», pero es más específico «Sushi, ramen, sake», recorrido culinario por los lugares más significativos a la vez que aporta informaciones prácticas o curiosas sobre los hoteles del amor o los mejores productos en los omnipresentes «konbini», tiendas de 24 horas. Tal vez uno de los mayores expertos en Japón sea el norteamericano Alex Kerr, residente en el país desde hace cinco décadas. Presenta «El otro Kioto», ilustrado con gusto y escrito con Kathy Arlyn Sokol, con el que consigue deslumbrar al lector gracias a su extraordinario conocimiento de la ciudad y de los elementos arquitectónicos monumentales y domésticos.
Aunque Irán puede resultar tan exótico como Japón, su cultura es mucho más desconocida y el número de viajeros, menor. «El vientre de las granadas» logra despertar el interés por este país especialmente por el retrato de una sociedad asfixiada por la religión, que enriquece con testimonios de iraníes en primera persona. De modo similar a como Javier Solana, profesor en la Universidad de Glasgow, recorre Irán, Xavier Moret realiza un fascinante viaje, físico e histórico, por África oriental en el ameno e ilustrativo «Tras los pasos de Livingstone», partiendo de la isla de Zanzíbar hasta llegar al Congo. A pesar de que cada año son muchos los españoles que viajan a la República Dominicana, el nivel de desconocimiento sobre el país es notable. Para solventarlo se puede recurrir a «Crónicas de República Dominicana», obra de carácter colectivo que se adentra en la zona colonial de Santo Domingo, los populares colmados y el confort de lujosos hoteles plagados de turistas, cuyo universo es retratado con ironía.
Para quienes se consideran más urbanitas, «Me llamo Nueva York» es una lectura muy recomendable. En ella hay espacio para la Historia (como la batalla de Brooklyn durante la guerra de Independencia) y para personajes con historia, como el escritor de algo más de setenta años que la recorre a pie con una media de 50 kilómetros a la semana. Sobre su equivalente en la costa oeste, Los Ángeles, el martes llega a las librerías «La ciudad de las estrellas», homenaje literario y fotográfico a Hollywood, recorrido por los escenarios de «La la land» y repaso de películas y series de televisión sobre la fábrica de sueños.
El vecino del norte protagoniza «Canadiana», feliz acercamiento a este modélico país a cargo del diplomático Juan Claudio de Ramón y como no puede faltar un libro sobre España, nadie mejor que el escritor Juan Cruz para ofrecer al lector una historia cultural en «Viaje a las Islas Canarias».
Por último, una novedad editorial firmada por un andaluz, el gaditano Rafael Marín, que relata en clave de ficción la odisea de Magallanes y Elcano en «Victoria», narrada en primera persona con profusión de lances y muertes, así como aventuras.
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