Una vuelta a España muy sostenible

Andalucía acoge dos etapas de una prueba, organizada por Endesa, para divulgar las bondades del vehículo eléctrico

Con el objetivo de promover la conducción sostenible y la eliminación de emisiones contaminantes en las carreteras, Endesa dio el pistoletazo de salida el pasado 24 de mayo a la primera edición de la Vuelta a España en Vehículo Eléctrico. Una prueba que consta de 2.000 kilómetros, divididos en 14 etapas, en la que varios empleados de la compañía, en colaboración con seis grandes fabricantes de vehículos, recorren 19 provincias españolas –tanto en la península como en las islas– para concienciar sobre las bondades de esta modalidad de transporte respetuosa con el medio ambiente.

El periplo andaluz de esta iniciativa se inició ayer en Almería, punto de arranque de una etapa que culminó en el puerto de Málaga. El vehículo salió desde el Cable del Inglés de la capital almeriense para recorrer poco más de 200 kilómetros, deteniéndose en Motril para realizar una recarga. Para el secretario territorial de Sostenibilidad y Relaciones Institucionales de Endesa en Andalucía y Extremadura, Antonio Hormigo, este evento «demuestra una vez más la apuesta de la empresa por la movilidad eléctrica, un compromiso firme que nos lleva a triplicar nuestra flota de vehículos eléctricos en 2019, consolidar la presencia de vehículos híbridos y eliminar un 14 por ciento de vehículos de combustión de nuestra flota en los próximos dos años». Los conductores no van solos, ya que cuentan con un copiloto muy especial que ayuda a divulgar en clave de humor la movilidad sostenible. En las dos etapas andaluzas este papel le corresponde al cómico Raúl Cimas.

En la jornada de ayer se contó con un vehículo de la marca Renault y hoy el protagonista será un coche Kia. Precisamente, este último trayecto andaluz se inicia en la plaza de la Asunción de Jerez de la Frontera y termina en la plaza de la Encarnación de Sevilla. La caravana pasará por la Isla de la Cartuja de la capital hispalense y hará una parada en el monasterio de la Cartuja, donde será recibida por Curro, la mascota de la Expo’92.

Los coches llevan instaladas cámaras por todo el habitáculo, que permiten grabar las sensaciones de los pilotos y la interacción con los invitados. Estas experiencias se convierten, cuando finalizan las etapas, en vídeos que se difunden tanto en la web oficial como en las redes sociales. Cada fin de etapa se convierte además en una fiesta a pie de calle. De esta manera, se organizan actividades para todas las edades, actuaciones de los monologuistas y la posibilidad de probar los coches eléctricos.