Feria del Libro

Varias ferias al tiempo

Varias ferias al tiempo
Varias ferias al tiempolarazon

l próximo año por estas fechas tendremos una especie de «overboking» ferial. Algunas coincidirán y otras irán encadenadas. Sólo en Sevilla y su provincia tendremos entre el 30 de abril y el 15 de mayo las ferias de Mairena del Alcor, que abre la temporada, la de Sevilla, Dos Hermanas, Sanlúcar la Mayor... y otra feria de corta vida, comparada con las anteriores, pero con un sitio y una importancia indudables. Me refiero a la Feria del Libro. Comentando el tema con un amigo, me decía: «Pero eso es otra cosa, allí ni se toma manzanilla, ni gambas, ni se baila, ni hay toros, ni está el Real de la Feria inundado de enganches majestuosos». No tuve más remedio que contestarle que estaba muy equivocado, que era justo al contrario. En la Feria del Libro puedes encontrar todo lo que le parecía propio de un ferial y muchas cosas más. Sólo hay que buscar el libro adecuado, en ellos encontrará todo lo que considera indispensable más el amor, el desamor, la felicidad, el drama, la pasión, los celos... la vida. Disfruto mucho ojeando libros y al aire libre más. Cuando me trasladé de nuevo a vivir a Sevilla hace 12 años, tenía que ir dos veces a la semana a Madrid. Cuando hacía el viaje en el día siempre sacaba tiempo para pasar un rato en la Cuesta de Moyano, justo entre El Retiro y Atocha. En sus viejos puestos de madera encuentras verdaderas maravillas, siempre terminas cayendo en la tentación, a veces compras un viejo título que estás seguro que tienes pero que has querido releer y no hay forma de encontrarlo. Esta compra generalmente tiene un efecto benéfico y al poco tiempo encuentras lo que no encontrabas hacía meses. Charlaba brevemente, como ya conté, con Sonsoles Ónega en la entrega del Premio Fernando Lara. Como saben ella fue la ganadora el año anterior con la estupenda novela «Después del amor». Le contaba que tengo la costumbre hace años de comprar los libros de las autoras, incluso de los autores, que me gustan o con los que guardo conocimiento o amistad. Esto lo hago aunque haya recibido los mismos como regalo de los autores o sus editoriales. Estas compras son una especie de ayuda cómoda que hace que tranquilice mi conciencia y que me sienta solidario con los escritores y con todos los que queremos que el vehículo para la lectura sea siempre el papel. Naturalmente sin ninguna crítica para los que lo hagan a través de medios digitales. Ya ven, dos días mínimos de lectura siempre interesante, incluso cuando no te guste la historia, tu conciencia tranquila, aunque sea escasa la ayuda que has aportado, tu granito de arena a la cultura y su futuro, porque al final el coste es de 20 euros por ejemplar. Incluso puedes rentabilizarlo usando los ejemplares adquiridos para regalar a familiares y amigos. Sin proponértelo, el obsequio puede tener un efecto proselitista y consigues un nuevo lector.

P

or favor, que no me salga algún furibundo conservacionista de las arboledas, las perdidas, las encontradas, incluso las taladas. Con la cantidad de madera que es usada anualmente para libros, periódicos y demás medios impresos en papel, personalmente abrazaré los medios digitales como un converso sin vuelta atrás cuando la madera no se use ni para las cucharas de palo –por cierto tan importantes en la cocina– y no les digo para cajitas de música. Fíjense que no quiero poner en la lista donde se va la mayoría de la madera de los millones de árboles que se talan anualmente en el mundo. De cualquier modo, será interesante ver el año próximo que de un bello coche de caballos se bajen dos mujeres vestidas de gitanas, en plena Plaza Nueva, para comprarse las obras completas de Cervantes; o que un muchacho vestido de corto ate su yegua cartujana a un árbol de la citada plaza para adquirir «Hojas de hierba» de Walt Whitman antes de dirigirse, en este caso, a la Feria de mayo. Al final, lo importante es que compre libros.