Castilla y León

Castilla y León reforzará la red de centros bilingües el próximo curso

La Consejería de Educación sumará otras siete secciones para asegurar este tipo de enseñanza

La Razón
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La Consejería de Educación, que dirige Fernando Rey, aprobó siete nuevas secciones bilingües en centros docentes de Castilla y León de cara al próximo curso, con lo que reforzará la red autonómica de este tipo de centros.

Con su incorporación, la red autonómica dispondrá de 654 secciones lingüísticas, distribuidas en 523 colegios e institutos -de ellos 37 son centros British-, que impartirán algunas asignaturas en un idioma extranjero.

La autorización de secciones en colegios de nuestra Comunidad se convirtió en los últimos 12 cursos en una de las actuaciones más destacadas, con la incorporación cada año de más centros e institutos a la red.

De hecho, el bilingüismo fue una de las principales apuestas de la Junta en la pasada legislatura 2011-2015, siendo uno de sus compromisos disponer de 500 secciones bilingües en la Región.

Tras conseguir ampliamente ese objetivo, la Consejería de Educación se ha propuesto, en esta legislatura, evaluar la eficacia del vigente modelo de este tipo de formación para, a continuación, poner en marcha un nuevo modelo, consensuado con la comunidad educativa, teniendo en cuenta la necesidad de incrementar el número de colaboradores internacionales y la acreditación competencial de los alumnos que finalizan la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).

Para el curso 2018-2019 se autoriza una sección bilingüe en Burgos -María Mediadora-, tres en Salamanca -Leonardo Da Vinci y Santa Isabel (Peñaranda) y Antonio Machado- y tres en Valladolid -Lestonnac y Apostolado y Alejandría (Tordesillas)-. El inglés ha sido el idioma elegido por todos los centros y, en cuanto a las etapas educativas, todas han sido autorizadas en la ESO.

Según resaltan fuentes del Gobierno regional, para autorizar estas sección es necesario la presentación de un proyecto, la acreditación lingüística del profesorado que impartirá las clases en el idioma solicitado -inglés, francés, alemán, italiano o portugués- y fijar un mínimo de dos disciplinas no lingüísticas y un máximo de tres en el idioma elegido, sin que el total de las materias impartidas en ese idioma supere el 50 por ciento del horario de los escolares.

Para la aprobación, la Consejería de Educación tiene en cuenta las valoraciones de las solicitudes presentadas por parte de los centros privados-concertados, conforme al baremo establecido.

En cuanto a los colegios públicos de toda la Región, se aprobaron de oficio para asegurar al alumnado la continuidad de la enseñanza bilingüe entre etapas educativas.

Con el fin de facilitar la implantación de este modelo, la Junta presta servicios de apoyo, como la incorporación de auxiliares de conversación y la formación permanente del profesorado.

Mejor puntuación académica

Los alumnos de secciones bilingües obtienen en los colegios de nuestra Comunidad una mejor puntuación académica en el conjunto de materias estudiadas que los centros que no disponen de este modelo al terminar la enseñanza Secundaria. Según señala el «Estudio sobre el impacto del Programa Oficial de Bilingüismo de Castilla y León en Cuarto de la ESO».

El informe subraya además que el alumnado de los centros bilingües obtiene una puntuación superior que el de los centros no bilingües especialmente en la destreza de comprensión oral. Además, mientras que los estudiantes bilingües logran acreditar un nivel de competencia lingüística B1, los estudiantes escolarizados en la enseñanza estándar solo son capaces de alcanzar un nivel A2.

El estudio apunta que un 34 por ciento de alumnado bilingüe asiste a clases extraescolares de inglés, frente al 42 por ciento del alumnado no bilingüe, es decir, que los estudiantes que no tienen esta enseñanza necesitan más frecuentemente reforzar los conocimientos con clases extraescolares.

Además, el estudio muestra que sólo el 40 por ciento de los alumnos de los centros bilingües utilizan el idioma en sus actividades cotidianas. Se da por tanto una discrepancia entre el nivel de conocimientos que adquieren en el centro y el grado en que los aplican en la vida real.