Castilla y León
Castilla y León se prepara para evitar una nueva plaga de topillos en el campo
El Gobierno Herrera establece acciones mínimas y obligatorias y aplicará multas a quien no las cumpla
Más vale prevenir que curar. Ante las plagas de topillos que sufrió Castilla y León en años anteriores la Junta aprobó una Estrategia de Gestión para controlar la presencia de este roedor en las explotaciones agrarias.
Incluye un programa de actuaciones destinadas a minimizar los riesgos para los cultivos con medidas que compatibilizan las necesidades productivas con las del entorno ambiental.
En este sentido, y gracias a la ayuda de agricultores voluntarios que ayuden a detectar el problema, se establecerán cuatro niveles de riesgo en función del estado de las poblaciones y del campo y una serie de acciones que es preciso llevar a cabo en cada estado.
Debido al estudio del fenómeno en ejercicios anteriores se detectaron varias zonas donde este animal habita con mayor facilidad. Por ello, se implantarán una serie de prácticas fitosanitarias mínimas de aplicación en las comarcas del Pisuerga, la provincia de Burgos, Esla-Campos y Sahagún (León), Campos (Palencia), Tierra de Campos (Valladolid) y Campos-Pan (Zamora).
Además, si la situación alcanza los niveles naranja o rojo se añadirán unas actuaciones de obligado cumplimiento que podrían llegar, en el caso de que ninguna otra medida preventiva funcione, a la utilización de sistemas de trampeo así como de productos rodenticidas autorizados.
Asimismo, la Estrategia recoge un régimen sancionados. Así, en el caso de incumplimiento de lo dispuesto, se podrán llevar a cabo desde apercibimientos hasta multas que pueden ir desde los 300 euros a los tres millones.
Por otro lado, tal y como explicó la portavoz del Ejecutivo autonómico y consejera de Agricultura y Ganadería, Milagros Marcos, tras el Consejo de Gobierno, se dio luz verde al convenio con tres comunidades de regantes (Canal de Pisuerga, Soto de Cerrato y canal de La Maya) para invertir casi diez millones en la modernización energética de regadíos.
De estas obras, que permitirán una elevada reducción de los costes energéticos y de las emisiones contaminantes, se van a beneficiar 3.690 regantes que trabajan en una superficie de 11,122 hectáreas.
El ahorro anual se estima en 275.000 euros en el vallisoletano; 13.000 en el palentino y 67.000 euros en el salmantino.
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