Castilla y León
Cercanía y entusiasmo en la gala de los Premios
Más de medio millar de personas llenan el Miguel Delibes
Cercanía y entusiasmo. También austeridad. Singularidades que, en los últimos tiempos, están presentes en las conmemoraciones que vive Castilla y León. Ya ocurrió en el trigésimo aniversario del Estatuto de Autonomía. También, en el trasfondo de estos Premios, que, por segundo año, no tienen dotación económica. Ayer, tras un discurso institucional del presidente Herrera focalizado en los retos y deberes a afrontar para superar la crisis, los pasillos del Centro Cultural Miguel Delibes, que por tercera vez consecutiva se llenó después de vivirse allí la ceremonia de entrega de los Premios Castilla y León, se convirtieron en hervidero de personalidades, aunque como los tiempos que corren impiden cualquier dispendio contrario al dogma antidéficit, no hubo ni vino español. Tras escuchar el Cuarteto Isadora de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, que interpretó temas de Phillip Glass y Béla Bartok, fueron muchos los corrillos para hablar de los discursos que se acababan de escuchar, de la fiesta que hoy tiene lugar y, en general, para charlar con los premiados. Entre los presentes, todos los consejeros del Gobierno regional, la presidenta de las Cortes, Josefa García Cirac, además del delegado del Gobierno en Castilla y León, Ramiro Ruiz Medrano. Los representantes de los sindicatos mayoritarios, Ángel Hernández y Agustín Prieto, y de la patronal, Santiago Aparicio, acudieron a la cita, al igual que los portavoces de las Cortes, el 'popular' Carlos Fernández Carriedo, el socialista Óscar López, y el representante del grupo mixto, José María González. Los secretarios generales de PP y PSOE castellanos y leoneses, Alfonso Fernández Mañueco y Julio Villarrubia, también estuvieron presentes en un gala, a la que, también, asistieron familiares y amigos de los galardonados.
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