Barcelona

Cómo levantar un negocio a base de galletas

Imelda Ferreiro, de «Dulces&Sueños», sorprende en Valladolid con una repostería única y personalizada que satisface a todos

«No hemos cerrado el negocio en cuatro años, los de la crisis, y eso ya es un logro»
«No hemos cerrado el negocio en cuatro años, los de la crisis, y eso ya es un logro»larazon

Valladolid- «La Ventanilla Única Empresarial fue la bomba para mí al abrir este negocio». Esta exclamación es de Imelda Ferreiro, propietaria de «Dulces&Sueños», una tienda con obrador de repostería situada en la calle Estefanía, junto a la Plaza Mayor de Villanueva de Duero, a veinte minutos de la capital del Pisuerga. Un negocio tan singular, que cada pieza es diferente. «Trabajamos sólo de encargo; aquí no ofrecemos productos de diario, y lo hacemos así porque cada tarta, cada galleta o cada 'cupcake' está personalizado», explica.

En 2008 echaba a andar «Dulces&Sueños», que empezó siendo un 'hobby', pero que se ha convertido en avanzadilla en Castilla y León de una práctica, la de personalizar la repostería de manera artística y según lo que desea el cliente, que ha sido un auténtico «boom» en numerosos países de nuestro entorno, además de Norteamérica y la América Hispana.

«Internet me ayudó mucho, porque llevé a cabo una labor de investigación», explica Imelda, quien también se apoya en la red de redes para recibir muchos de sus encargos. www.dulcesysueños.es, su sitio web, constituye la puerta de entrada para muchas peticiones.

«Pretendemos hacer una repostería única. Nos salimos de la tradicional San Marcos, y aportamos la tarta, galleta o el 'cupcake' que se nos pide». De manera que si uno de desea se puede hacer con un encargo en tres dimensiones con forma de coche -los que están más de moda-, muñeca, dinosaurio o con el personaje o elemento que uno pueda imaginar. «El problema de esta repostería es que lleva mucho trabajo, es como encaje de bolillos», reconoce Imelda quien, sin embargo, se ha hecho un hueco en un mercado por explotar. Por eso, muchas familias recurren a ella para entregar detalles de boda o comunión, pese a que «las tartas siguen siendo lo que más vendo».

Y es que, explica, se trata de productos tan concretos y para fechas tan especiales que el comprador considera que se puede permitir gastar algo más para adquirir un pastel o una tarta personalizados.

«Dulces&Sueños» colabora ya con tres puntos de venta en Valladolid, a partir de una asociación con la Confitería Deboda, La Tahona de Ana y el establecimiento de «delicattessen» Tentazzioni. De igual manera, acerca sus productos, en acontecimientos como bodas, a algunos hoteles de esa ciudad, como el «Lasa» o el «Marqués de la Ensenada» y previsiblemente amplíe cartera en breve a varios más.

Cursos a domicilio

Imelda reconoce que hay que reinventarse para crecer. Por eso, ha incorporado a su negocio cursos de decoración de repostería. También los «tappercake», es decir, formación a domicilio, con un coste de 25 euros por asistente. Una buena idea para despedidas de soltera o para compartir un café con las amigas.

La dueña de «Dulces&Sueños» también tiene alguna queja: «hay mucha gente que hace lo mismo que yo de manera ilegal. Y lo peor es que te quejas a las autoridades y no te hacen mucho caso».

Asimismo, señala que los mayores de 36 años y menores de 45 están en tierra de nadie. «Esa edad intermedia no tiene ningún respaldo. Porque ni eres joven ni mujer mayor del mundo rural... y es una pena, porque con un empujón, habríamos podido contratar», concluye.

De cerca

Imelda es natural de Barcelona. Si bien, su origen es vallisoletano, lo que la devolvió a esta tierra. «Mi madre es de Viana de Cega y mi padre gallego, de Lugo», asegura con su permanente sonrisa. Su experiencia como autónoma es la de muchos emprendedores: «No hemos cerrado aún, lo que es un logro». Si bien, su objetivo es vivir del negocio, pero reconoce que es complejo. «Ahora has de mantenerte sin pingües beneficios. El planteamiento es muy diferente al de hace unos años. Con pagar facturas y tener para comer, puedes estar contenta», asegura. No obstante, empeño y buen hacer van teniendo, poco a poco, su premio con más y más pedidos.