Moscú
Concha Velasco, calle y anécdota en Valladolid
Dos calles tiene en su Valladolid natal la actriz Concha Velasco: la de Recondo donde vino al mundo el 29 de noviembre de 1939 la niña Concepción Velasco Varona, y la que lleva su nombre artístico junto al paseo de Zorrilla, que esta tarde ha visitado la protagonista con anécdota incluida.
La bailarina, cantante, presentadora y actriz, que mañana presenta en el Teatro Calderón su "Olivia y Eugenio", ha parado el tráfico en la vía pública, conversado con numerosos vecinos que la han reconocido e incluso se ha dejado fotografiar desde la ventana de un primer piso muy cerca de la plaza que lleva su nombre.
Paz Gustavo, una maestra jubilada, se acercó con preocupación al grupo de periodistas congregados bajo la ventana de su piso, fue informada y accedió a la petición de los reporteros gráficos para que permitiera el acceso a la vivienda de la actriz, del alcalde, Francisco Javier León de la Riva, y de la concejala de Cultura, Mercedes Cantalapiedra, para realizar la sesión fotográfica.
"He conseguido casi todo lo que he querido en la vida, pero, eso sí, me lo he trabajado, lo he luchado, no me han regalado nada y me lo han reconocido", ha manifestado a los periodistas emocionada por un tributo más de la ciudad en la que nació hace 75 años y a la que ha regresado después de superar una grave enfermedad.
La Espiga de Honor de la Seminci (2013), el Premio Castilla y León de las Artes (2014), su nombramiento como embajadora del Teatro Calderón (2010), la sala de teatro que lleva su nombre en el Laboratorio de las Artes Escénicas (2011) y ahora la calle dedicada (2015) son algunos de los reconocimientos a su persona.
"El mejor agradecimiento que puedo hacer es el de no defraudarles (a los vallisoletanos) como persona y como actriz", ha comentado después de ser informada de que en la próxima Feria y Fiestas de San Lorenzo, la primera semana de septiembre, el Laboratorio de las Artes Escénicas (LAVA) proyectará un ciclo de quince películas.
Entre los filmes seleccionados destacan "Las chicas de la Cruz Roja"(1958), de Rafael J. Salvia; "Los tramposos"(1959), de Pedro Lazaga; "Historias de la televisión"(1965), de José Luis Sáenz de Heredia; "Pim, pam, pum... ¡Fuego!"(1975), de Pedro Olea; "La Colmena"(1982), de Mario Camus; "París-Tombuctú"(1999), de Luis García Berlanga; y "El oro de Moscú"(2002).
"Quién iba a pensar que la hija de Concepción Varona de Mardones, maestra, y de Pío Velasco, militar, iba a llegar a donde ha llegado", ha vuelto a mostrarse sensible, emocionada y consciente de su última enfermedad, que la ha dejado "más bajita y con doce kilos menos", ha bromeado sobre sí misma.
A sus 75 años, si antes quería ser artista, ahora ha cumplido otro de sus sueños, el de ser abuela, ha comentado antes de reconocer la "gran suerte de tener una familia que me acompaña y que me quiere, y de tener una ciudad en la que nací y tengo tan grandes y profundos reconocimientos".
"Tengo mucho más de lo que merezco, de lo que hubiera pensado y deseado", ahora con una calle en la ciudad donde mañana, como si no hubieran pasado sesenta años desde su estreno cinematográfico en "La reina mora"(1954), de Raúl Alonso, volverá a subirse a las tablas para seguir trabajando.
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