Castilla y León

El endurecimiento internacional frena el número de adopciones en Castilla y León

El presidente de Arfacyl, Javier Álvarez-Ossorio, declara que sólo llegan ahora niños con necesidades especiales

Javier Álvarez-Ossorio, presidente de la Asociación de Familias Adoptantes de Castilla y León.
Javier Álvarez-Ossorio, presidente de la Asociación de Familias Adoptantes de Castilla y León.larazon

El «boom» de las adopciones, en especial, las de carácter internacional, se han deshinchado de forma sobresaliente. «Estamos en cifras mínimas», declara a la LA RAZÓN, el presidente de la Asociación Regional de Familias Adoptantes en Castilla y León (Arfacyl), Javier Álvarez-Ossorio. Las cifras son evidentes. Si en el año 2006 llegaban a la Comunidad 256 niños de otros países, el pasado año el número se redujo a 27 con un descenso pronunciado en la última década.

«Lo único que hay ahora son niños que llegan con necesidades especiales. Queda lo que no quieren los propios países de origen. Ésa es la realidad», prosigue Álvarez-Ossorio, quien añade también que a día de hoy son mínimos los expedientes admitidos y sólo en países como China, Colombia, Filipinas o la India.

El cierre de fronteras por falta de garantías, como ha sucedido por ejemplo en Etiopía, o la mejora en los Servicios Sociales de algunos países otorgando más recursos a las familias biológicas para que sigan con sus hijos, además de un auge de los trámites burocráticos, del alto coste -más de 30.000 euros- y el tiempo de espera -que asciende a más de seis años, ha hecho que la adopción internacional haya caído en picado. «No ha bajado el número de gente en busca de información. Llega mucha a la sede preguntando, pero una vez que conocen el panorama son muy pocos los que deciden continuar adelante», señala el presidente de la asociación.

«Un bebé sano, como hace diez años, es algo imposible en estos momentos», afirma. Y es que si antes, las solicitudes en este campo superaban el medio millar, en ell pasado 2017 sólo fueron 18 familias las demandantes.

Es por ello que las adopciones nacionales han adelantado ya a las internacionales, algo impensable hace tiempo, ya que esta cifra siempre ha oscilado entre los 40 y 70 anuales, alcanzado la cifra de 34 en 2017, pero la mayor parte de ellos también arrastran necesidades especiales, al ser menores con características de riesgo, al venir de familias problemáticas, mayores de 8 años, varios hermanos o con alguna discapacidad.

Por eso es tan necesaria la formación para las familias, según explica el presidente de Arfacyl. «Lo más importante es sanar el daño que tiene. Hay bastantes menores que vienen con daños gravísimos o permanentes y trastornos relacionados. Necesitan mucho apoyo, porque con el paso de los años los problemas pueden ser mayores. Hay que trabajar tanto con ellos como con sus padres adoptivos para hacer más fácil la convivencia y su entrada en el colegio» y, para ello, desde la asociación se ofrecen profesionales formados o cursos postadoptivos además de organizar jornadas para que se relaciones con otros menores en su misma situación.