Artistas
El esplendor de la mentira
He descubierto estos días con qué facilidad se puede apoderar el mentiroso del esplendor que brilla en la verdad. Ya sabía yo que nada en el mundo luce tanto como el pecado y la muerte de los otros. Nos impresiona el pecado cuando vemos pecar o en pecado al prójimo. Y la muerte cuando le vemos morir o ya muerto del todo.
Lo que hasta ahora no había advertido es que esa luz esplendorosa a la que vemos el pecado y la muerte de los otros es, en realidad, luz robada a la verdad. Por eso la verdad nunca brillará tanto como la mentira, ni el bien será tan divulgado como el mal. ¿Qué os parece si de vuestro mejor amigo, por ejemplo, os cuentan que le han visto haciendo ésta o aquella fechoría? Pues seguro que os quedaréis de piedra, como yo me he quedado estos días. Y yo, que le conozco desde hace tanto, resulta que no sabía nada de su adicción al alcohol, a las drogas...En un instante se desmorona ante mis pies un mundo y se levanta otro, completamente desconocido para mí, otro en el que me veo de repente como un recién llegado. Ahora bien, ¿podrá ser verdadero lo que no puede ser verdad?
Veamos. Llamo a mi amigo. Regreso al mundo que, por un instante, creí desmoronado. ¡Y lo encuentro intacto! Me han engañado. Alguien ha subido a lo alto de la verdad y, una vez allí encaramado, la ha despojado de su eterno esplendor, veritatis splendor. Por eso lo que ahora veo es una verdad humilde, ya no adornada con el brillo falaz de este mundo sino con una luz inaccesible. Es la luz del amor y la confianza, que ningún mentiroso podrá robarnos jamás. Aunque siga disfrazado de psicólogo profesional.
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