Gastronomía
El leonés Álvaro Prieto Martín es elegido Mejor Sumiller de Castilla y León de 2015
Con 35 profesionales, el concurso autonómico es el más numeroso de España
el leonés Álvaro Prieto Martín, que actualmente trabaja en la prestigiosa cadena hotelera «Bluebay» en Dubái, se alzó con el título de Mejor Sumiller de Castilla y León. El segundo y tercer puesto fueron para el soriano Diego Muñoz Gómez, del Restaurante La Lobita; y el burgalés Javier Mayoral, de El Rincón de España, respectivamente.
De esta forma Álvaro Prieto representará a nuestra Comunidad en el campeonato nacional, que está previsto que se desarrolle a finales de año, presumiblemente en la capital leonesa.
Un total de 35 profesionales fueron los que se reunieron en el Palacio Provincial de Palencia. «El concurso más numeroso de los que se celebran en España», destacó el director de Comunicación de la Asociación de Sumilleres de Castilla y León, Miguel Ángel Benito.
Asimismo, recordó que el objetivo de la iniciativa es dignificar la profesión de «camarero» porque, «el somelier no deja de ser el profesional más cercano al consumidor final».
Miguel Ángel Benito explicó que se ha elegido la capital palentina para albergar el concurso gracias a la apuesta de la marca «Alimentos de Palencia» por acoger el evento y la colaboración de la Diputación y el Ayuntamiento.
En este sentido, la presidenta de la institución provincial en funciones, Ana María Asenjo, aseguró que se trata de «una gran oportunidad para dar a conocer Palencia y su provincia y el interés gastronómico que aquí tenemos».
En este sentido, resaltó que de esta forma también refuerza su impulso «al sector enológico en los pueblos palentinos que cuenta con una importante industria del vino» y su apuesta por el sector de la restauración como uno de los pilares fundamentales del desarrollo turístico.
En la misma línea, el alcalde palentino en funciones, Alfonso Polanco, ahondó en la relevancia de la sumillería como actividad que aúna a dos sectores de gran peso como el agroalimentario y el hostelero. Al respecto, defendió que la ciudad y los pueblos palentinos se conviertan en referente de esta actividad como generadora de empleo.
El concurso constó de dos fases, una a puerta cerrada, en la que se realizó un examen teórico, una cata de tres bebidas, una prueba de inglés y una de decantación. La segunda, en la que se batieron los tres finales, constó de catas, maridajes y distintas pruebas para demostrar su pericia y estilo.
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