Parque natural de Arribes del Duero
Indicios de criminalidad en el incendio de Zamora que ha arrasado 2.500 hectáreas
Al cierre de esta edición, el fuego continuaba activo aunque controlado, según el consejero Suárez-Quiñones
Aunque siguen las investigaciones, todo parece indicar que el incendio forestal declarado el pasado sábado en el entorno del Parque Natural de Arribes del Duero, en Zamora, y que ha arrasado más de 2.500 hectáreas de terreno, principalmente pasto, matorral y medio millar de hectáreas de arbolado, según las primeras estimaciones, ha sido intencionado.
«Había dos focos simultáneos orientados en su inicio hacia la zona en la que era más fácil la propagación de las llamas que, además, y debido al fuerte viento, avanzaron con rapidez y se unieron para formar un mismo frente». Son palabras del consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, que ayer se desplazaba a la zona del fuego para comprobar “in situ” las labores de extinción y la zona afectada que abarca más de 30 kilómetros.
Ante los «claros» indicios de criminalidad existentes en este incendio, el consejero hacía un llamamiento a la colaboración ciudadana para conseguir dar con los posibles autores de este fuego. «Los criminales que han provocado este incendio tienen que ser delatados», señalaba. Junto a Suárez-Quiñones se encontraba también el coordinador general del PP y diputado por Zamora, Fernando Martínez Maíllo, quien ponía en valor el «gran trabajo y coordinación» de todos los medios de extinción de España que están trabajando en sofocar las llamas, y aunque no entraba a valorar si es necesario endurecer las penas contra los pirómanos, denunciaba la «grave irresponsabilidad» que supone provocar incendios intencionados. «Son actos criminales», sentenciaba.
Y es que este incendio, que llegó a nivel dos peligrosidad y que se originaba entre las localidades de Pino del Oro y Castro de Alcañices, ha tenido en jaque y llevado el pánico a los vecinos de numerosos pueblos de la comarca.
Como fue el caso de Bermillo de Alba, cuyos vecinos vivieron una auténtica odisea el pasado sábado cuando, debido a la proximidad de las llamas, les conminaron a abandonar sus municipio por seguridad para refugiarse a la vecina Muelas del Pan, donde habían preparado su polideportivo para acogerles.
Al cierre de esta edición, el incendio continuaba activo y así seguirá al menos durante unos días más, según apuntaba el consejero. Si bien, el fuego estaba controlado y estabilizado por los servicios de extinción. Más de trescientos efectivos y hasta quince medios aéreos de extinción trabajaban en la tarde noche de ayer refrescando los puntos calientes para evitar que el viento reinante y cambiante en la zona, de 18 kilómetros por hora de media aunque con rachas de hasta 40 kilómetros por hora, pudiera propagar las llamas de nuevo.
Afortundamente, del total de la superficie quemada únicamente 28 hectáreas pertenecen al parque natural de los Arribes del Duero, enclavado en la reserva de la biosfera Meseta Ibérica y con alto valor paisajístico y ecológico.
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