Castilla y León
La caza da trabajo a diez mil personas en la Región y mueve casi 600 millones de euros
Así lo asegura a LA RAZÓN Santiago Iturmendi, presidente de la Federación de Caza de Castilla y León
La caza está de moda. Y no precisamente por su imprescindible labor en el mantenimiento del ecosistema, que también, sino por los ataques que recibe de grupos animalistas y últimamente el Gobierno socialista de España, e incluso de algunas regiones como La Rioja.
De hecho, en esta Comunidad vecina han aprobado hace poco una nueva Ley de Protección de Animales, fruto de una Iniciativa Legislativa Popular, que obliga a pasear a la mascota dos veces al día y a esterilizarla, también a que les hagan autopsias al morir o a que vivan a una temperatura de 22 grados. Una normativa que incluye también a los perros de caza.
Pero tras las elecciones andaluzas se ha puesto de manifiesto que la actividad cinegética es un lobby con mucha fuerza e influencia social y que da muchos votos.
Lo que a buen seguro que la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, no sabía cuando hace no mucho propuso acabar con la caza, es que en Castilla y León hay 100.000 licencias expedidas y que este sector da trabajo directo a más diez mil familias en Castilla y León, la mayoría del mundo rural. También parece ser que desconocía la dirigente del Gobierno de Pedro Sánchez, que mueve al año alrededor de 600 millones de euros, que el aprovechamiento cinegético es el principal ingreso que tienen los ayuntamientos, y que se trata de un recurso esencial en el equilibrio de fuerzas en la naturaleza y a la hora de fijar población en los pueblos.
«El mundo rural es fundamental en un territorio como el nuestro», señala a LA RAZÓN Santiago Iturmendi, presidente de la Federación Castellano y Leonesa de Caza, quien saca pecho del buen momento que vive la actividad cinegética en la Región así como de la «maravillosa» oferta de parques y parajes que ofrece, gracias al buen hacer durante siglos de las gentes del mundo rural. «Es muy bonito ir a Gredos, a Riaño, a los Ancares o al Pico de Urbión, lugares que no son fruto de ningún ingeniero o político sino del aprovechamiento que han hecho los habitantes de estas zonas durante siglos», asegura Iturmendi, quien tiene claro que quien ataca la caza ataca también el modo de vida de los pueblos.
Asimismo , asegura que Castilla y León «es una tierra de caza auténtica» con poblaciones de primer nivele en especies de caza mayor, algunas desproporcionadas como de jabalíes o ciervos, que están provocando accidentes de tráfico y daños en los cultivos, pero también de caza menor, como becadas o codorniz. «Podemos decir bien alto y sin miedo a equivocarnos que Castilla y León es la región de la España autonómica con mayor calidad cinegética», destaca Iturmendi, para quien el principal problema de la sociedad es el «desconocimiento» que tiene sobre la caza y sus aprovechamientos y al «excesivo» eco que se da a los sectores radicales «que manipulan la realidad de la naturaleza».
Por ello, el presidente de la federación invita a la administraciones a trabajar juntos para cuidar este recurso y mejorar las condiciones y gestión de la actividad cinegética así como concienciar a la sociedad de su labor como elemento regulador del ecosistema. Y se ofrece para promover que la gente joven vaya al campo a conocer la naturaleza «y aprendan a diferenciar un pino de una higuera».
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