Política

Castilla y León

La Junta propicia que unas 250 farmacias de la Región hayan sobrevivido en los últimos años

La gran mayor parte de ellas se ubican en el medio rural, tal y como asegura el consejero de Sanidad

El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez, junto a Carlos Meceño, Jesús Gómez y Tomás Codesal en las jornadas celebradas en Valladolid
El consejero de Sanidad, Antonio María Sáez, junto a Carlos Meceño, Jesús Gómez y Tomás Codesal en las jornadas celebradas en Valladolidlarazon

Unas 250 farmacias de las 1.600 implantadas en territorio castellano y leonés han recibido en los últimos años ayuda económica para poder sobrevivir. Así lo aseguró el consejero de Sanidad, Antonio María Sáez Aguado, que cifró en cinco millones de euros el montante destinado para ayudar a aquellas oficinas que presentan problemas de viabilidad económica a tener poca población a su cargo.

El consejero, que participó en unas jornadas organizadas por la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria en Valladolid, indicó que desde la Consejería se han puesto las bases para «garantizar una planificación que dé garantías a las oficinas para su sostenimiento diario».

El consejero explicó que la farmacia comunitaria forma parte del denominado «modelo mediterráneo», un modelo de éxito y con gran presencia en el territorio, especialmente en Castilla y León, la segunda Comunidad Autónoma con un mayor número de farmacias en su territorio, por lo que abogó por proteger en la Región unos establecimientos sanitarios, que a pesar de ser privados, son de interés público.

Por otra parte, Sáez Aguado también subrayó que la farmacia comunitaria está viviendo un profundo proceso de transformación. Si hasta hace unos años su cometido principal era dispensar medicamentos, ahora, cada vez más, también presta servicios profesionales como la detección del pacientes VIH, los programas de apoyo a las campañas de vacunaciones o la Red de Farmacia Centinela, que convirtió a Castilla y León en la primera comunidad en poner en marcha un sistema de vigilancia de efectos secundarios de los medicamentos.

Esta transformación, según explicó, es un debate muy actual en el que los colegios y las sociedades de farmacéuticos vienen planteando cómo apoyar y retribuir este tipo de servicios, y que también se analiza por las administraciones, «ya que supone una mayor integración de las oficinas de farmacia en el conjunto del Sistema Nacional de Salud y una mayor coordinación de los profesionales con los médicos de familia», finalizó.