Literatura

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La poesía intimista de Jorge de Arco cautiva en Urueña

El poeta madrileño recorre su trayectoria creativa en la sexta velada «A la sombra de un ciprés» de la Diputación de Valladolid y El Norte.

Francisco Rodríguez, Inmaculada Toledano, Jorge de Arco y Jesús Julio Carnero.
Francisco Rodríguez, Inmaculada Toledano, Jorge de Arco y Jesús Julio Carnero.larazon

El poeta madrileño recorre su trayectoria creativa en la sexta velada «A la sombra de un ciprés» de la Diputación de Valladolid y El Norte.

Con la música de Suria Pombo, Pedro Pedrosa y Manuel Espinosa, el poeta madrileño, Jorge de Arco, sedujo con su poesía intimista a las decenas de personas que se acercaron a la sexta Velada Poética, «A la sombra de un ciprés», organizada por la Diputación de Valladolid junto con El Norte de Castilla y que se celebraba en el Centro E-Lea de Urueña, y donde se contó con la presencia del presidente de la institución de Valladolid, Jesús Julio Carnero, o el director del diario centenario vallisoletano, Carlos Aganzo, que hizo de presentador.

Un espacio idílico donde De Arco realizó un recorrido por su trayectoria poética, iniciada hace más de de veinte años con «Las imágenes invertidas» en 1996 y coronada con su último poemario «La lluvia está diciendo siempre», con el que ha ganado el premio Rafael Morales del Ayuntamiento de Talavera de la Reina.

Un total de 20 poemas los que leyó ante el público. «He elegido aquellos más atractivos y sugerentes para el público». Veinte años de trayectoria que coincidía con la finalización de sus estudios -Filología alemana- y precisamente en Hamburgo, comenzaba a crear sus primeras creaciones. «Era una poesía que aunaba el mundo hispánico con el clasico y con la influencia de lo que ha sido la literatura germánica más tradicional hasta llegar a esa más aspera del siglo XX», señala.

En el país germánico escribe su segundo libro en 1998 «Lenguaje de la culpa», y a su regreso a España, se produce un cambio en su evolución poética marcado por distintas experiencias personales y una aproximación a la literatura más contemporánea. «Una madurez vital a lo largo de los últimos años que he combinado tanto con las experiencias vividas como con el abanico de lecturas que abarcan muchos autores», aunque no deja de lado temas como el paso del tiempo, el amor, o la finitud del hombre, además del influjo que mantienen en él los clásicos españoles, como por ejemplo San Juan de la Cruz.

Y a eso ayuda que desde hace varios años dirige la revista de poesía «Piedra de Molino», que «me hace mantenerme muy al día, no sólo de lo que se hace en España sino también en el extranjero». «Esa crítica me ha hecho estar al día de lo que se está haciendo en el presente», indica.

«La poesía vive un gran momento», asegura y habla también de su faceta como profesor al indicar que «los docentes debemos tener la capacidad de acercar y aproximar a los estudiantes ese ‘‘género minoritario’’ pero desde una perspectiva didáctica y entretenida. «Nos da muchos gratos momentos», concluye.