Castilla y León

Los créditos de los bancos caen en casi 4.000 millones durante el último año

Desde Cecale se apunta que el escenario de incertidumbre política no es favorable a la inversión

Las entidades bancarias han «cerrado el grifo» en los últimos años
Las entidades bancarias han «cerrado el grifo» en los últimos añoslarazon

Desde Cecale se apunta que el escenario de incertidumbre política no es favorable a la inversión.

Los flujos financieros del sistema bancario siguen en claro retroceso en Castilla y León pese a los buenos augurios sobre la marcha de una economía que no termina de consolidar su proyección al alza. La inversión crediticia del sistema financiero regional cerró el primer trimestre del año con 48.648,32 millones de euros en movimiento, lo que supone un descenso de la inyección monetaria al funcionamiento y al crecimiento económico y social en 3.783,4 millones de euros respecto a la cifra contabilizada un año antes, con una merma porcentual del 7,2 por ciento.

Fuentes de la Confederación de Organizaciones Empresariales de Castilla y León (Cecale) destacaron que el «escenario de incertidumbre política en el que estamos inmersos no es precisamente favorable a la inversión productiva, y además hay que considerar el hecho de que se está acudiendo con mayor asiduidad a otros instrumentos financieros diferentes del tradicional canal bancario, sobre todo, las grandes empresas». Igualmente, explicaron, a en declaraciones a Ical, que «aún se están terminando de amortizar créditos ya concedidos, cuestión que también afecta a la nueva demanda de crédito».

Responsables de la patronal autonómica apuntaron como soluciones para esta situación el dotar de «mayor flexibilidad» a las condiciones de acceso al crédito, en especial las dirigidas a los emprendedores y pymes, donde por ejemplo se debe facilitar más la «segunda oportunidad».

Asimismo, expusieron que la financiación alternativa a la bancaria, además, debería «dar un paso más» hacia un mayor acercamiento a las empresas de menor dimensión, donde su diferente estructura financiera «debería ser ponderada de forma más especial» y, no solo por las entidades financieras, sino también por las administraciones públicas que cuentan, entre otros, con un instrumento como es la «contratación pública» que «aún puede dotarse de una mayor flexibilidad, articulándose en palanca de aceleración de financiación también para las pymes». Los empresarios de Castilla y León reclamaron que se constituya «cuanto antes» el nuevo gobierno y que elabore unos presupuestos «inversores, de contención del gasto corriente, de avance y profundización en las reformas estructurales emprendidas estos últimos años». Asimismo apelaron a que instrumentos como la colaboración público-privada, «se extiendan de forma más decidida a mayores ámbitos de los actuales».

Una autonomía ahorradora

Los datos cruzados de los flujos reflejan un nuevo máximo histórico de ahorro regional que se marcha a financiar las economías de otros territorios, con 16.413,8 millones más en depósitos que en créditos, frente a los 12.6598 de 2015 por las mismas fechas; los 10.958,1 de 2014 y los 3.874,4 de 2013, que fue el año en el que la Comunidad retornó a su carácter conservador. En este sentido,la Comunidad adoptó un carácter netamente inversor en 2006, cuando tras un ahorro de 2.674,85 millones en 2005, se pasó a unos créditos que superaron los depósitos en 9.480,9 millones, una situación que se mantuvo hasta 2012, el último año en esta tesitura con un gasto de 8.292,3 mayor que lo guardado en los bancos. El pico inversor se produjo en 2008, con 15.089,9 millones más en inversión crediticia que en depósitos.