Castilla y León
Más de 1.200 castellanos y leoneses cuentan con más de 100 años de edad
En Castilla y León viven 2,54 millones de personas de las cuales 1.277 superan los 100 años de edad. Muy pocas, un 0,05 por ciento de la población está viviendo su segunda centena, pero la cifra duplica el porcentaje nacional que apenas supera el 0,02. Además de las cinco provincias españolas con más centenarios, tres son castellanas y leonesas: Soria, Salamanca y Zamora ocupan el primer, segundo y cuarto puesto, respectivamente, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
En un país con 10.701 habitantes centenarios, 1.277 se encuentran en la Comunidad. Cabe reseñar que de los 25 ancianos más viejos de España, siete de ellos, mejor dicho de ellas son castellanas y leonesas. La mayor, con 112 años, es la burgalesa María Concha Pérez Cidad que actualmente reside en Madrid. Viviendo en Castilla y León la más longeva es la también burgalesa Adelaida González Alonso, con 111 años. En términos generales de todos los centenarios de castellanos y leoneses, solo 294 son varones, el resto, 982, mujeres.
Dos de estos ejemplos son la palentina Claudia Martín y la salmantina Gregoria Benito, ambas con 109 años. El chocolate es el secreto de la longevidad de Claudia, una vecina de la pedanía Villaoliva de la Peña de Santibáñez de la Peña, que el pasado mes de octubre cumplió 109 años. Eso es al menos lo que asegura su hija Primitiva, de 81 años de edad, que reside con la anciana. «Es muy chocolatera: todos los días desde siempre desayuna un buen tazón de chocolate, da igual que sea de polvo o en pastilla», apunta Primitiva que describe a su madre como una mujer muy activa. «toda su vida ha trabajado en el campo, al aire libre y ha comido las cosas de los pueblos, como cerdo, y también mucha caza porque mi abuelo y mi padre eran cazadores», añade.
En 1905, Gregoria Benito, más conocida como la Tía Gora, vio la luz por primera vez en Peñaparda, Salamanca. Superada la centena ampliamente confiesa que su larga vida se debe al trabajo. Cuando hay que trabajar mucho uno no tiene tiempo de morirse, aclara la centenaria. Una de sus pasiones son las patatas con chorizo, comida que considera ha hecho que su vida se alargue más de los esperado. Su nuera Catalina Rodríguez asegura que esto se debe a un milagro y a que «come todo natural con una alimentación tradicional».
Con casi 110 años, Gregoria aún encuentra fuerzas para agarrar su pandero cuadrado y cantar alguna de las tonadas que aprendió en su juventud. Con mucha fortaleza según su nuera, la Tía Gora aun se anima a contar a los que se acercan hasta su casa las vicisitudes que tuvo que sortear para mantener a sus tres hijos, desde pasara temporadas enteras en la montaña para recoger algarrobas, hasta caminar los casi 40 kilometros que separan Peñaparda de Ciudad Rodrigo para vender sus productos.
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