Castilla y León
«Queremos comer cada vez menos procesados y eso es un reto para la seguridad alimentaria»
El director del Área de Microbiología de la UBU, David Rodríguez, advierte de su impacto en la Salud Pública
«Los consumidores cada vez quieren comer mejor, de forma más saludable y menos procesados. Esto ha llevado a la industria a desarrollar nuevas estrategias para que los alimentos, con el menor tratamiento, sigan siendo seguros». Así lo afirma a LA RAZÓN el director del Área de Microbiología de la Universidad de Burgos (UBU), David Rodríguez Lázaro, quien está considerado el segundo investigador más influyente de España en seguridad alimentaria.
En este sentido, advierte de que las enfermedades transmitidas mediante lo que comemos son un auténtico problema de Salud Pública, así como la causa de un importante número de fallecimientos a nivel mundial.
Pese a ello, Rodríguez Lázaro considera que nunca ha existido un nivel de vigilancia y seguridad como el actual ya que, desde hace 20 años, los propios productores cuentan con la obligación de tener sus planes de control durante todo el proceso.
Sin embargo, llama a no caer en el exceso de confianza y a tomar una serie de medidas que garanticen que aquello que nos llevamos a la boca no va a hacernos daño. En este sentido, pone el foco en los cambio que ha efectuado la sociedad. «Hemos modificado hábitos de nuestras abuelas. Antes todo se compraba local y ahora los alimentos nos llegan de cualquier parte del mundo, donde no necesariamente se lleva a cabo un control tan exhaustivo como en Europa», advierte.
Además, señala que el hecho de que cada vez se realicen más comidas fuera de casa puede llevar a que un problema de seguridad alimentaria que antes solo afectaba a una unidad familiar ahora llegue a muchas personas más, con especial incidencia en niños y mayores.
Consejos prácticos
Con la llegada del verano las noticias sobre intoxicaciones se multiplican, por lo que el profesor Rodríguez Lázaro aconseja no comer en aquellos establecimientos en los que se observe que los alimentos no están refrigerados. «A temperatura ambiente los microorganismos se reproducen con más facilidad, por lo que el producto debe conservarse o entre los seis y los siete grados o por encima de los 60», destaca.
En cuanto al consumo de huevos, recuerda que se deben guardar en el frigorífico hasta el momento de su consumo así como descartar aquellos cuya cáscara no esté perfecta. «La mayor parte de las contaminaciones se producen en la puesta, por lo que hay que lavarlos siempre justo antes del consumo, tanto a los adquiridos en grandes superficies como a los que no», asevera.
Asimismo, desmiente el refrán que reza «Agua corriente no mata a la gente» y llama al consumo únicamente de agua catalogada como potable así como a garantizar una cantidad mínima de cloro en la utilizada, por ejemplo, en campamentos.
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