Soluciones para los refugiados sin más pretextos ni aplazamientos

El drama de los refugiados que huyen de la guerra y de la persecución en la búsqueda de un futuro digno protagonizaba la homilía que el cardenal arzobispo Ricardo Blázquez daba ayer en la Catedral de Valladolid, ante cientos de fieles, con motivo de la festividad de la Virgen de San Lorenzo, patrona de la capital vallisoletana.

Monseñor Blázquez recordaba con dolor a los 71 muertos en un camión de carga abandonado en una carretera de Austria, así como al niño sirio que moría ahogado en el mar y cuyo cadáver era arrastrado por la corriente hasta la costa en Turquía. «¡Esto es absolutamente insoportable! ¡Es un escarnio para personas que tienen la misma dignidad que todos nosotros!», lamentaba el arzobispo de Valladolid, mientras pedía soluciones urgentes para los refugiados y apelaba, «sin pretextos ni aplazamientos», a la generosidad, a la compasión y a la solidaridad de todos para remediar este drama de la emigración en la medida de lo posible. Ante la imagen de la patrona de Valladolid, Ricardo Blázquez pedía a Dios a través de ella que pueda acrecentar en los hombres los lazos de fraternidad «para que todos juntos podamos contribuir al presente y al futuro de una sociedad más justa, pacífica y esperanzada». El también presidente de los obispos españoles llamaba también a todos a recurrir a la esperanza, «siempre necesaria», decía, para dar sentido a hechos que nos cuesta entender, y animaba a los cristianos a compartir esta esperanza con otros «como un servicio precioso a los demás».

Por otra parte, el cardenal arzobispo recordaba el valor de la familia y su trascendencia en la vida de cada persona, de la propia Iglesia y de la sociedad en su conjunto, y mostraba su preocupación por su situación actual ante los «inimaginables» cambios que en su opinión ha sufrido la familia así como el matrimonio en los últimos decenios.

Blázquez no quería olvidarse en su sermón de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios por el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia 2015, gracias a su labor y lucha contra la epidemia del ébola en Sierra Leona y Liberia, a causa de la cual fallecían los hermanos de esta Orden Miguel Pajares y Manuel García Viejo.

Compartir con los demás

Y, finalmente, el prelado aprovechaba la festividad de la Virgen de San Lorenzo para invitar a los cristianos a que compartan con los demás su vida y los valores que han recibido y que resisten la prueba del tiempo, «porque fiesta patronal, celebración popular y renovación de nuestras raíces van unidas».

Antes de la Misa en la Catedral, miles de vallisoletanos arropaban en las calles a su patrona durante el recorrido que la imagen de la Virgen de San Lorenzo realizaba, portada a hombros por una treintena de hermanos cofrades, desde la iglesia parroquial hasta la seo vallisoletana. Encabezaban la comitiva el alcalde de Valladolid, el socialista Óscar Puente, que debutaba en estas lides como primer edil de la ciudad en la festividad de la Virgen de San Lorenzo. Recorrido que hacía acompañado, entre otros, del presidente de la Diputación vallisoletana, Jesús Julio Carnero, que reaparecía tras dos semanas de baja por enfermedad.

Ya en el interior, numerosas personalidades de la Comunidad seguían la ceremonia, como el general Manuel Gorjón o la delegada del Gobierno en Castilla y León, María José Salgueiro.