Ahora en Común
200 personas celebran la República
El cambio de nombre de la plaza Llucmajor, situada en la intersección entre el paseo de Valldaura y la Via Favència (Nou Barris), por plaza de la República, ha sido la traca final del homenaje que Ada Colau ha dedicado al 85º aniversario de la proclamación de la II República Española. Nunca, desde la Guerra Civil, el Ayuntamiento de Barcelona había organizado tal cantidad de actos en honor de este régimen político. Este año se dedicaron cuatro días de actos, del 14 al 17 de abril, con conferencias, ofrendas florales, bandas de música y reuniones populares.
Ayer se cerraron los actos institucionales con la celebración anticipada del cambio de nomenclátor de la plaza de Llucmajor. Alrededor de 200 personas se acercaron hasta este punto neurálgico de Nou Barris para aplaudir la decisión del Ayuntamiento, que por cierto no generó consenso. Se aprobó gracias a los votos del PSC, ERC Y BComú, pero la otra mitad de la cámara no le dio su visto bueno. CiU lo consideró un «gasto innecesario», C’S una resolución «no consensuada con los vecinos» y el PP «una gesticulación contra la monarquía». Ni siquiera la carta de reprobación del alcalde de Llucmajor, una localidad mallorquina representada por un gobierno parecido al de BComú, pudo interceder.
«Nuevo republicanismo»
A pesar de ello, Colau se empeñó en organizar una fiesta popular para dar la bienvenida a la nueva plaza de la República, que contó con amplia representación política. El teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, ejerció de maestro de ceremonias con un discurso repetido. Reivindicó «un nuevo republicanismo ciudadano» para una ciudad que «ha sido históricamente republicana» y también para un nuevo país «si así lo quieren los vecinos». Junto con la concejala de Movilidad, Laia Ortiz, el concejal republicano Jordi Coronas y el portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardá, participó en el pasacalles junto a los asistentes al acto por las vías adyacentes a la plaza de la discordia. Y posteriormente en la presentación de un nuevo panel divulgativo sobre la estatua de la República y el medallón dedicado a uno de sus presidentes , Pi i Maragall, instalados en el centro de la plazoleta.
Ambas piezas estaban situadas originalmente en la llamada plaza Cinc d’Oros, confluencia de Diagonal con Paseo de Gracia, ahora llamada Juan Carlos I –Colau, por cierto, quiere volver a cambiar los nombres–. Tras la Guerra Civil, estatua y medallón fueron guardados en un almacén, pero con la llegada de la Democracia se desempolvaron y se les asignó como emplazamiento final la plaza de Llucmajor. De ahí, que el ejecutivo municipal haya decidido que precisamente ese lugar se llame ahora Plaza de la República.
Esta ofensiva antimonárquica del Ayuntamiento empezó con la retirada del busto del anterior monarca del Salón de Plenos, que dejará de ser de la Reina Regent para llamarse Pi y Sunyer. Seguirá con el cambio de nombre de la plaza Juan Carlos I y con la revisión de todo el nomenclátor de la ciudad porque, dicen «la monarquía está representada» y porque «aunque es constitucional no deja de ser una anomalía»
El emplazamiento que ya tiene su nombre republicano es la antigua Plaza Llucmajor. El PP seguirá llamándola así, como hizo constatar ayer su líder municipal, Alberto Fernández, colgando un cartel del edificio de la sede del partido en Nou Barris con el actual nombre de la plaza y una flecha indicando su dirección.
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