Pobreza
Amina: «Lo más difícil es no tener leche por la mañana para darle a tus hijos»
Las Entidades Catalanas de Acción Social alertan de que 1 de cada 4 familias con menores siguen en riesgo de pobreza
Las Entidades Catalanas de Acción Social alertan de que 1 de cada 4 familias con menores siguen en riesgo de pobreza
Un tetrabrick de leche de marca blanca cuesta cincuenta céntimos, menos de cuatro euros el pack de seis. Es lo que valen dos horas de aparcamiento en la zona azul de Barcelona o dos viajes en autobús. Pero Amina, una madre de 31 años con dos hijos a cargo, una niña de 11 y un niño de 8, muchos días no tiene este medio euro para comprar un cartón de leche. Pese a ser consciente de que sus hijos necesitan y tienen derecho a una buena alimentación, en más de una ocasión se ha visto incapaz de poder dar un mínimo de comida para que sus hijos no pasen hambre. Esta situación le genera angustia y culpabilidad. «Lo mas difícil es no tener leche por la mañana para darle a tus hijos. O querer comer por la noche y no poder porque no tienes», cuenta.
Es una de las quince personas en situación de pobreza y exclusión social que ha entrevistado la federación de Entidades Catalanas de Acción Social (ECAS) que trabajan con colectivos en riesgo para elaborar su informe anual, el INCOSAT. Este año, tal y como explicó ayer su presidenta, Sònia Fuertes, en la presentación del documento «Las voces de la pobreza desde dentro», además de datos, ha querido mostrar las historias que se esconden tras la cifras. Porque una cosa es que vuelvan a denunciar que los hogares monomarentales son los que tienen un riesgo de pobreza más elevado, un 35,3%en 2017. Y otra, que Amina cuente que «es muy duro cuando tus hijos piden algo y no puedes darles», que quiere trabajar, pero necesita flexibilidad para poder llevar y recoger a sus hijos de la escuela y atender a la niña que tiene dos enfermedades crónicas diagnosticadas.
El informe alerta de la feminización de la pobreza en todas las franjas de edad. En estos momentos, la brecha salarial es de un 22%, las mujeres trabajan el doble en casa, son ellas las que cogen jornadas parciales o dejan el trabajo para cuidar a los hijos por falta de políticas de conciliación. Y esto se traduce en que ellas cobran un 38% menos en la jubilación.
Desde el inicio de la crisis económica en 2007, el mercado laboral ha entrado en una fase de precarización. «El trabajo remunerado ya no es garantía de protección contra la pobreza», alerta la ECAS. El año pasado el 12% de los trabajadores estaba es situación de pobreza, un 41% más respecto a 2008. El sociólogo Eloi Ribé, autor del informe, alerta de que el 87% de los nuevos contratos registrados en Cataluña fueron temporales. Y las mujeres sufrieron más esta temporalidad.
Aunque Cataluña ha recuperado hasta ahora la mitad del empleo perdido durante la crisis económica que estalló en 2008, según explicaba también ayer la empresa de trabajo temporal Manpower, tras la desregulación del mercado laboral, los sueldos han perdido un 11,7% del poder adquisitivo. Este y otros datos se traducen en una cronificación de la pobreza. El riesgo de padecer pobreza alcanza ahora a una de cada cuatro familias con menores a su cargo y ya van cinco años que este porcentaje no varía. Al final, para las parejas sin hijos este riesgo se mantiene también en un 15%.
Ribé alerta del peligro de cronificación de la pobreza, que se ha diversificado, es más severa, más profunda y más difícil de salir sin una intervención que vaya más allá de las prestaciones económicas. La ECAS reclama a las administraciones, entre otras cosas, una revisión de las ayudas, agilizar el sistema de prestaciones, repensar el modelo de atención social o facilitar a las personas migradas acceso a prestaciones sociales.
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