Barcelona

Barcelona, foto a foto

Una de las fotografías de Manel Úbeda en la exposición
Una de las fotografías de Manel Úbeda en la exposiciónlarazon

La Virreina Centre de la Imatge invita a echar un vistazo a la producción fotográfica que ha tenido lugar en Barcelona en las últimas décadas. Se trata de un ambicioso proyecto que reúne en 17 salas el trabajo de 89 autores, desde Francesc Català-Roca a Gerard Estadella, pasando por nombres como Pere Formiguera, Paco Elvira, Pepe Encinas, Joan Colom, Colita, Hannah Collins o Joan Fontcuberta, entre muchos otros. De ellos se pueden contemplar un total de 500 obras, con diferentes miradas tanto a la ciudad como a su vida y sus protagonistas: los públicos y los desconocidos. La muestra nos ayuda a conocer imaginarios que se aplican tanto a una mirada documental como a la más comercial.

La exposición, titulada «A cop d'ull», cuenta con el comisariado de Manuel Segade y Alex Brahim. Este último aseguró que «queríamos hablar de la fotografía realizada en Barcelona en los últimos años, pero no con una visión de gremio sino con una relación dialéctica con su origen, es decir Barcelona, y cómo construye ese contexto». En este sentido, también apuntó que «en la muestra convergen la mirada hacia el interior de la ciudad, su vida cultural, social y política, la visión documental del exterior, y la producción de nuevos imaginarios, desde las prácticas artísticas a las expresiones subculturales, la comunicación aplicada o la escena comercial». Los dos comisarios de «A cop d'ull» coincidieron al afirmar que el resultado final ha sido una exposición que puede resultar «larga y densa, como lo es la propia ciudad».

El recorrido se inicia con una introducción de la mano de los grandes maestros surgidos en la posguerra, como Francesc Català-roca y Xavier Miserachs. Tras ellos viene la visualización de Barcelona como imagen, pasando el espacio a ser un espacio semántico, político y estético en constante transformación. Así lo recogen Manolo Laguillo, Xavier Ribas, Jordi Colomer, Rosa Puig o Manuel Úbeda.

La vinculación de Barcelona con los que la viven y la fabrican, su relación como escenario con las maneras de probarla, algo que se ve afectado por las conjeturas históricas. Eso son los casos de Samuel Aranda, Anna Malagrida, Sandra Balsells y Anna Ferrer,

Uno de los apartados más interesantes, por el constante creado hacia el espectador, es el titulado «Dramatis Personae». En él se realiza una reivindicación del retrato desde un ámbito público. De esta manera podemos encontrarnos con los retratos oficiales de los cuatro últimos presidentes de la Generalitat y alcaldes de Barcelona, en contraste con las imágenes de Pere Formiguera.

Frente a lo público los ritos privados de la intimidad socialidad. Es lo que ofrecen los dípticos de Santos Montes con un diálogo entre la persona retratada y el futuro espectador hipotético. Igualmente Hernando Toro Botero, tras quince años de recluso en la Modelo, traslada su cámara al centro penintenciario captando sus retratos y cotidianidad.

En una de las secciones más intensas de la exposición es la titulada «La promiscuidad de la imagen aplicada». En ella la fotografía se convierte en una herramienta de comunicación visual que resulta indisociable de la tradición de la capital catalana como epicentro de la producción editorial. Ahí están nombres como Paco y Manolo, Nacho Alegre o Txema Yeste, que cierran el recorrido en las salas de exposiciones de la Virreina.