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«Barcelona registra un incremento sin precedentes de personas sin techo»

Albert Sales denuncia la inoperancia de las administraciones respecto al problema de los sin hogar

BARCELONA. 03/10/2019. ENTREVISTA A ALBERT SALES
BARCELONA. 03/10/2019. ENTREVISTA A ALBERT SALESlarazon

Albert Sales denuncia la inoperancia de las administraciones respecto al problema de los sin hogar

l Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona ha publicado el informe ‘¿Quién duerme en la calle en Barcelona’, elaborado por el profesor Albert Sales, con el fin de conocer con certeza cuál es la situación real en este ámbito.

-¿Cómo ha contabilizado las personas que viven en la calle en Barcelona?

-Lo que analizamos en el informe son las personas detectadas por los servicios de intervención social en el espacio público del Ayuntamiento de Barcelona. Habitualmente, los recuentos que hacen las entidades del Tercer Sector cuentan cuánta gente hay durmiendo en la calle de la ciudad una noche, nosotros sabemos las personas que han dormido en la calle de una ciudad al cabo de un año.

-El informe evidencia un incremento acumulado de personas en la calle de 72% en 10 años.

-Todas las grandes ciudades europeas registran unos incrementos sin precedentes del número de las personas que viven en la calle. Tenemos un problema importante en toda Europa. En el caso de Barcelona hemos visto que se mantiene estable el número de personas de nacionalidad española que viven en la calle, pero ha habido un incremento muy importante del número de personas de nacionalidades del espacio Schengen. Además, en cuanto al número de personas en situación de irregularidad se mantiene estable y son bastante minoritarios en los últimos diez años, excepto en los dos últimos años, en los que sí que hay un repunte, aunque sigue siendo el grupo más pequeño. El grupo más importante de personas que viven en la calle de la ciudad son los ciudadanos comunitarios. Sobre los factores, es obvio que si hay gente durmiendo en la calle es porque no hay acceso a la vivienda. Esa es una situación que se da en toda Europa y si además las personas que están en situaciones más precarias tienen como opción para sobrevivir ir a las grandes ciudades, nos encontramos con una gran capacidad de atracción de las grandes ciudades hacia estas situaciones de exclusión.

-¿Por qué el incremento se ha centrado en los ciudadanos comunitarios?

-Porque la persona que está empadronada y tiene su red social en la ciudad, tiene unos factores de protección que una persona que viene de fuera o está en un proceso migratorio no tiene. Hay que evitar que caigan más personas, atender a las personas que ya están a través del alojamiento temporal de emergencia e incidir en el acceso a la vivienda. Tradicionalmente nos hemos centrado en alojarles, cuando realmente lo que funciona es facilitar el acceso a la vivienda y cerrar el grifo de las personas que van cayendo en una situación de exclusión residencial. Si alguien vive en Barcelona y tiene problemas, se dirige a los Servicios Sociales, pero ¿cómo hacemos prevención de la precariedad sin conocer la situación de las personas llegadas del espacio Schengen, que además ya llegan en una situación muy comprometida? De esa situación, la adminitsración no ha tenido conocimiento, por lo tanto no se puede hacer prevención, sino que se atiende a esa persona cuando ya está en una situación de precariedad muy intensa. El empobrecimiento ha llevado a que la gente vaya a buscarse la vida en las grandes ciudades, porque es donde hay recursos asistenciales. Y además, las administraciones públicas han focalizado su atención en las grandes ciudades también. Así, se hace complicado atender a la persona cerca de su lugar de origen, de manera que se ve obligada a moverse a la gran ciudad. De hecho, el 50% de las personas que accedían a los centros de acogida llevaban menos de tres meses en la ciudad cuando pedían entrar.

-¿Cuál es el perfil de las personas sin hogar?

-Es muy complicado hacer un perfil porque la dispersión de edades es muy grande, aunque la franja de edad más numerosa es la de alrededor de los 40 años, la proporción de mujeres se ha mantenido estable en torno al 14% y las circunstancias vitales que llevan a estas personas al sinhogarismo son también muy diversas. Esa diversidad ha crecido en los últimos 10 años.

-En este contexto, ¿qué papel juegan los jóvenes?

-Los jóvenes siguen manteniendo la misma proporción del total de los sintecho, pero con este incremento que hemos tenido del total, si nos fijamos en los números absolutos vemos que hay una presencia de jóvenes en la calle importante. Es un fenómeno del que hay que preocuparse y además hay dos perfiles: el de los jóvenes en situación muy precaria del espacio Schengen y el perfil de los jóvenes del Magreb, que está vinculado a la desinstitucionalización de los chavales que han pasado por el sistema de tutela de la administración pública. . Así pues, el peso del sinhogarismo de los jóvenes crece en términos absolutos y sobre todo el peso de chavales jóvenes del Magreb.

-¿El tema de los MENAS es uno de los grandes problemas de la ciudad?

-Es un problema, no de la ciudad, sino de la administración competente. Hay que ser capaces de coordinar los esfuerzos de la Generalitat como administración que tutela a estos jóvenes hasta la mayoría de edad, con el trabajo de los Servicios Sociales, que son municipales, para que estos chavales tengan una transición a la vida adulta acompañada.

-¿Qué medidas propone para mejorar la situación?

-Pedirle a las administraciones locales que acaben con el problema del sinhogarismo es como pedirles que acaben con el cambio climático. Es como si tuviéramos un barco que tiene un agujero enorme en el casco y el Ayuntamiento es la autoridad competente para achicar el agua, pero no para reparar el agujero. Entonces, la administración local tiene que seguir alojando a las personas en situación de precariedad de la forma más digna posible y no vale cualquier techo ya que cualquier recurso que se cree ha de respetar la autonomía de las personas para que puedan tomar sus propias decisiones sobre su vida. Pero por muchos recursos que se abran, se van a llenar porque estamos en una situación en la que necesitamos prevención, necesitamos cerrar el agujero del barco. Han de entenderse todas a las administraciones.