Contaminación ambiental
Barcelona vetará casi a la mitad de las motos en los días de polución extrema
Colau limitará la circulación de las motocicletas y ciclomotores más contaminantes a partir de diciembre
Colau limitará la circulación de las motocicletas y ciclomotores más contaminantes a partir de diciembre.
La cruzada para reducir la contaminación en Barcelona tiene otro enemigo: las motocicletas y los ciclomotores. La Dirección General de Tráfico (DGT) empezó ayer a distribuir las etiquetas ECO entre el parque nacional de motocicletas y ciclomotores que clasifican los vehículos según su potencial contaminante, igual que meses atrás hizo con coches y camiones. Y ayer mismo, el Ayuntamiento de Barcelona anunció que las motos que no tengan etiqueta no podrán circular los días laborables, entre las 7.00 horas y las 20.00 horas, durante los episodios de contaminación dentro de las Zonas de Bajas Emisiones. Esto es dentro del área que limitan las rondas, sólo se salvan Collserola y la Zona Franca.
Barcelona no es la única ciudad del área metropolitana donde se extiende el área de bajas emisiones, en una parte de Cornellà y de Esplugues de Llobregat, y en casi todo L'Hospitalet y Sant Adrià del Besòs, tampoco podrán circular los vehículos más contaminantes los días de mucha polución. Para saber si una moto es o no contaminante, se puede introducir la matrícula en la página web de la DGT. Aunque a través de las redes sociales, tanto el Ayuntamiento de Barcelona como la DGT han avanzado los criterios que clasifican las motos y ciclomotores en función de su potencial contaminante. Las motos y ciclomotores eléctricos tienen el distintivo ECO. Los matriculados desde 2007, la etiqueta C y desde 2003, la etiqueta B. Los vehículos de dos ruedas matriculados antes de 2003 se quedan sin etiqueta y son los que no podrán circular cuando se declare un episodio de polución.
Son muchos los vehículos que se verán afectados, un 40 por ciento de los censados en Barcelona –223.671 motos y 57.037 ciclomotores en 2016–. Sin contar a los vehículos que vienen de otros municipios, la medida afecta a 112.000 motos y ciclomotores de Barcelona. Sólo un 1 por ciento tiene el distintivo de cero emisiones. Mientras que un 19 por ciento obtendrá la etiqueta B y el 40 por ciento restante, la C. Para conseguir la etiqueta, los motoristas pueden cogerla en cualquier oficina de correos pagando, eso sí, cinco euros. Igual que sucede con los coches, no es obligatorio pegar el distintivo.
En Barcelona el vehículo privado ocupa el 65 por ciento del espacio de la ciudad, casi la mitad de los desplazamientos, el 48,8 por ciento, se hace en moto, y el 95 por ciento de la población respira un aire más contaminado de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud.
Las otra batalla: despejar las aceras
En Barcelona, hay 68.000 aparcamientos en superficie para motos y 280.000 motos censadas. El resultado: motos en las aceras. Hay una ordenanza municipal que no se había aplicado a rajatabla, pero ahora el Ayuntamiento ha avisado de que se acaba la tolerancia hacia las motos mal aparcadas. Quiere devolver el espacio a los peatones. Hay que aparcar en paralelo a la calzada en aceras de tres a seis metros. Y estudia cómo incentivar que usen párkings, aunque va en contra de la ventaja de la moto.
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