Castilla-La Mancha
Camacho abordará la financiación con Fabra, Bauzá y Valcárcel
Además de rearmarse, la convención nacional que el Partido Popular celebró hace quince días en Valladolid sirvió a los barones del PP para intercambiar propuestas. La presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, avanzó ayer que acordó verse con el presidente valenciano, Alberto Fabra, para abordar el informe que la Comunidad Valenciana ha encargado a un comité de expertos sobre los desequilibrios del coste de los servicios públicos y la presión fiscal que existe entre Comunidades Autónomas. También informó de que apalabró una reunión con el presidente balear, José Ramon Bauzá, para tratar la reforma del sistema de financiación y de que tiene la intención de verse con el presidente de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, también para hablar de financiación.
Hace seis meses, la propuesta que presentó en Génova para reformar el actual modelo fiscal con el objetivo de frenar el desafío de Artur Mas no sedujo a los barones populares Pero ayer Sánchez-Camacho recuperó la idea, consciente de que en 2014, el Gobierno de Mariano Rajoy deberá debatir un nuevo modelo de financiación y abordar la reforma tributaria. Por ley, el modelo vigente caducó en 2013 y toca revisarse este año.
Aunque avanzó que se reunirá con Bauzá, Fabra y Valcárcel, la presidenta del PP catalán descartó forjar un frente mediterráneo contra comunidades de la meseta como Extremadura o Castilla-La Mancha, las que más protestaron contra la propuesta de los populares catalanes.
Sánchez-Camacho admitió que la negociación para rediseñar un nuevo modelo de financiación que satisfaga a todas las regiones será «un proceso largo» y «dífícil», reconoció que todos tendrán que ceder, pero pidió a sus compañeros que estén a la altura de las circunstancias porque «nos jugamos la viabilidad de las Comunidades Autónomas».
Alternativa a la independencia
La presidenta del PP catalán plantea la reforma como una alternativa para frenar el desafío soberanista. Pese a que Mas olvidó el debate, tras fracasar su propuesta de pacto fiscal, Sánchez-Camacho le emplazó a liderar la reivindicación de un nuevo modelo de financiación como solución al problema catalán.
La propuesta del PP catalán es un financiación específica para Cataluña dentro de la LOFCA, un nuevo modelo que contemple límites a la solidaridad entre regiones, como tiene Alemania, donde una región no pierde posiciones de riqueza tras la aportación a la caja común. También defiende que las ayudas sean finalistas, como lo son en la UE.
Sánchez-Camacho insistió en que la reforma del sistema de financiación es el reto del año. Y en que el PP catalán luchará por que el futuro modelo corrija los desequilibrios que actualmente hay en el coste de los servicios públicos entre Comunidades Autónomas y en la presión fiscal.
«El nuevo modelo debe servir para mejorar la calidad de vida y para que los servicios públicos no cuesten más en unos sitios que en otros ni se paguen más impuestos en unas comunidades que en otras», alegó. Sánchez-Camacho denunció que en Cataluña «tenemos servicios públicos más caros y pagamos más porque tenemos más presión fiscal», pero echó la culpa de este desbarajuste a CiU, que ha mantenido el aumento del tramo autonómico más alto del IRPF para las rentas más altas que impuso el tripartito. El debate vuelve a estar sobre la mesa, aunque CiU está por otra labor.
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