Cataluña
Cataluña permitirá recetar a los enfermeros al sortear la ley estatal
Salud preacuerda un decreto de prescripción catalán que no pueda ser recurrido por el TC
La Generalitat tiene ya por costumbre esquivar a golpe de decretos la norma estatal. El impulso de la ley catalana de comercio o del decreto propio contra la pobreza energética, son sólo algunos ejemplos de este pulso, que el Tribunal Constitucional (TC) es el encargado de resolver en la mayoría de los casos.
El Alto Tribunal tiene la vista fijada ahora en el futuro decreto catalán de prescripción enfermera, que ha preacordado el conseller de Salud, Toni Comín, con los cuatro colegios profesionales de enfermería de Cataluña. El conseller se topó nada más acceder al cargo con las quejas de este colectivo porque la ley estatal aprobada por el Gobierno a finales del año pasado les prohibía recetar fármacos a los pacientes y utilizar cualquier producto sanitario sin la correspondiente autorización de un médico. Los enfermeros catalanes se levantaron en pie de guerra y le exigieron «un amparo legal para ejercer una práctica cotidiana en el desempeño de su trabajo». Comín respondió a sus demandas interponiendo un recurso al TC, al que se sumaron otras autonomías, y prometiendo un decreto propio de prescripción que diese «la máxima seguridad jurídica» a esta profesión.
Ayer finalmente presentó en la comisión de Salud del Parlament un primer boceto que apuesta por «esquivar» la norma estatal pero que a la vez sea «compatible» con ella para que no pueda ser recurrida por el TC. Este preacuerdo defiende que no sea obligatoria una autorización para la indicación de medicamentos y productos sanitarios no sujetos a prescripción médica, es decir, aquellos que se pueden comprar en una farmacia sin necesidad de receta.
En relación a la prescripción colaborativa –la que se produce entre médicos y enfermeras–, Cataluña propone la indicación y uso de tratamientos sujetos a prescripción médica mediante los «protocolos y guías asistenciales» ya existentes. Es decir, que el colectivo de enfermería reciba la «formación necesaria» con el fin de obtener una acreditación individual sobre el conocimiento de estas guías para poder recomendar ciertos fármacos. Un proceso que deberá tutelar un equipo médico para así no contravenir el espíritu del Real Decreto.
Todos los grupos parlamentarios apoyaron esta resolución impulsada por el PSC, aunque con ciertos matices. El PP, avanzó que «será carne de Tribunal Constitucional» al contemplar unas competencias para la profesión de enfermería en Cataluña diferentes de las del resto de comunidades. La CUP y C’s, por su parte, reclamaron que en este nuevo decreto se incluya a representantes de los médicos, el colectivo más reticente, y que se establezca un calendario para que vea la luz lo antes posible.
El sindicato mayoritario en este sector, Satse, valoró la iniciativa pero rehusó hacer valoraciones hasta conocer el redactado final del nuevo protocolo «para poder valorar su compatibilidad con la normativa estatal», ya que muchas aseguradoras, como Zurich, ya han avisado que sólo cubrirán las actuaciones que queden dentro del marco estatal.
Las claves
Sin autorización médica el decreto catalán permitirá a las enfermeras autorizar medicamentos que no estén sujetos a prescripción médica.
Más formación en la prescripción colaborativa, la que se produce entre médicos y enfermeros, se propone que los enfermos reciban formación para adaptarse a las guías existentes.
Reticencia de los médicos los médicos son reticentes a sumarse a este nuevo protocolo de prescripción, todavía en fase embrionaria.
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