Universidad
Cataluña redibuja la universidad del siglo XXI
Rectores, estudiantes, agentes sociales y el Govern empujan el pacto nacional para mejorar la financiación y rebajar las tarifas
Rectores, estudiantes, agentes sociales y el Govern empujan el pacto nacional para mejorar la financiación y rebajar las tarifas.
Hace sólo una semana, el ránking de Shangai, el listado más reconocido del mundo que evalúa la valía de las universidades, reconocía la producción en investigación de la Universidad de Barcelona (UB). Por tercer año consecutivo, la UB repite entre las 200 primeras de la lista. Pero no hace ni un mes, su rector, Joan Elias, alertaba de que se juega perder su nivel de excelencia si la Generalitat no revierte los recortes de la crisis y pasa a invertir en las universidades catalanas de los 700 millones actuales a mil millones anuales.
Los últimos presupuestos de la Generalitat, apenas destinan 6.000 euros por estudiante, un 0,7 por ciento del PIB, cuando en países como los que aspira a ser la Cataluña independiente, véase Suecia o Dinamarca, la inversión es de 18.000 euros por estudiante, un 1,3 por ciento del PIB. Elias y sus colegas de la UAB y la UPC alertaron de que es una barbaridad que la media de edad de los profesores fijos sea de 59 años, porque si estos docentes que lideran grupos de investigación y publican más artículos científicos se jubilan, las universidades catalanas dejarán de figurar en los ránkings. «¡Hay que contratar profesores!», claman.
Para poner solución a este déficit de financiación y a otros problemas que arrastran las universidades catalanas, como que estudiar Medicina sea tres veces más caro que en Andalucía, 2.372 euros por curso frente a 757 euros, la comunidad universitaria, agentes sociales y económicos y grupos parlamentarios suscribieron ayer el Pacto Nacional para la Universidad (PNU).
El conseller de Empresa y Conocimiento, Jordi Baiget, avanzó durante el acto de presentación del PNU en la Escuela Industrial que trabajarán para dibujar un nuevo modelo de financiación de las universidades catalanas que asegure su sostenibilidad y estabilidad. La idea es que en septiembre de 2018 estén listos los acuerdos en torno a un sistema de tarificación social, el modelo de financiación y las políticas de personal y de calidad en las universidades, entre otros temas estratégicos que pemita avanzar hacia un sistema de precios públicos equitativo y que promueva la igualdad en el acceso a la universidad.
Si los rectores se quejan de la falta de financiación que pone en peligro la excelencia de las universidades catalanas, los alumnos denuncian el alto precio que se paga por estudiar en Cataluña. Hace años que reclaman una rebaja de las tasas, pero el gobierno catalán alega que las becas permiten que nadie se quede sin estudiar. Pero la realidad es que un estudiante de Filosofía sin ningún tipo de beca paga cada año 1516 euros en Cataluña y 591 euros en Galicia.
El pacto en el que se trabajará, según avanzó el secretario de Universidad e Investigación, Arcadi Navarro, «profundizará en el modelo de tarificación social».
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