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CDC reclama la deuda a Unió con un burofax «fantasma»

Los convergentes reclaman a sus ex socios que paguen 1,8 millones antes de gastarlo en una campaña. Unió dice que no ha recibido ningún aviso

El eurodiputado de Unió, Francesc Gambús no renuncia a su escaño
El eurodiputado de Unió, Francesc Gambús no renuncia a su escañolarazon

Los convergentes reclaman a sus ex socios que paguen 1,8 millones antes de gastarlo en una campaña. Unió dice que no ha recibido ningún aviso.

«Hay coincidencias que parecen mágicas y abundan... son raras, son imposibles, son inquietantes», cuenta Rosa Montero pensando en las historias de amor y desamor que aparecen en sus libros. Pero que CDC mande un burofax a Unió para que reconozca la deuda que tiene con el partido, un día después de que Francesc Homs reclamara el dinero, no parece «mera casualidad», como alegaba ayer Francesc Sánchez, el responsable convergente de régimen interno. Lo que es inquietante es que CDC remita un burofax y éste no haya llegado a Unió.

A primera hora de la mañana, CDC anunció que enviaba un burofax a Unió para que haga un reconocimiento de la deuda que tiene contraída con el partido como ex socio de la federación. La deuda corresponde a los gastos de las últimas elecciones en las que concurrieron juntos, las municipales. La campaña costó 6,8 millones de euros, según la fórmula con la que siempre ha jugado la federación, el 75 por ciento corresponde a Convergència y el 25 por ciento a Unió.

Los nacionalistas alegan que envían el burofax ahora que Unió ha solicitado el preconcurso de acreedores. Aunque casualmente, un día antes, Francesc Homs reaccionara así después de que Unió anunciara que tiene intención de presentarse a las elecciones generales: «Si tienen dinero para pagar campañas, que afronten antes las deudas».

Las palabras del cabeza de filas de Democràcia i Llibertat, la coalición con la que Convergència concurrió el 20-N, creó malestar en Unió.

Ayer el cruce de declaraciones no cesó. El secretario general del comité de gobierno de Unió, Ramon Espadaler, en una carta a la militancia denunciaba «un ataque en toda regla» de CDC. El democristiano entiende que los convergentes están «obsesionados» con Unió porque tienen miedo que en un eventual enfrentamiento en las urnas le roben votos, unos votos valiosos en plena debacle convergente y con Esquerra reafirmando su «sorpasso» a los nacionalistas. Espadaler defendió que pese a ser extraparlamenaria, «Unió planta cara y no dimite de la defensa de un catalanismo moderado».

Alega que tiene motivos para presentarse el 26-J como alternativa al catalanismo independentista de CDC, ERC y la CUP y a las posturas inmovilistas del PP y Ciutadans.

Espadaler también tuvo que dar explicaciones a la militancia por la baja de Francesc Gambús, el último diputado que tenían los democristianos. Gambús, que no renunciará a su escaño, es eurodiputado y abandona la militancia de Unió, tras 22 años, por discrepancias con la dirección.

Unió se queda sin diputados

El último diputado que le quedaba a Unió, el eurodiputado Francesc Gambús, abandonó anteayer la militancia del partido tras 22 años. En declaraciones en su blog, explica que está decepcionado con la reticencia de un reducto del partido a una regeneración interna. Dice que «hay gente que quiere seguir condicionando la vida del partido y desmontando procesos de regeneración que tendrían que potenciar la transparencia». Pese a no nombralo, es una alusión a Josep Antoni Duran Lleida.