El desafío independentista
CiU y ERC rebajan la declaración soberanista para atraer al PSC
El frente nacionalista presentará hoy un texto modificado que hace una alusión menos explícita a la consecución del Estado propio
Tres son multitud. Lo dice la sabiduría popular, lo sufrieron Pasqual Maragall y José Montilla, cuando presidieron sendos tripartitos, y ahora lo padece Artur Mas, con la versión del tripartito actual que forman el gobierno de CDC e UDC, y al que ERC da oxígeno desde el exterior. Oxígeno o monóxido de carbono, según los ojos con los que se mire, porque la insistencia de ERC para que la Declaración de Soberanía identifique el ejercicio del derecho a decidir con la independencia pone en peligro el «gran consenso» que Mas prometió para impulsar la convocatoria de una consulta soberanista. «No se puede subir el Everest con alpargatas», admitió Mas en campaña, para ilustrar que no podía tomar el camino hacia el derecho a decidir con una exígua mayoría. Por eso, en un intento de atraer a ICV y, sobre todo, al PSC, los portavoces parlamentarios de CiU y ERC –el convergente Jordi Turull, la democristiana Marta Llorens, y los republicanos Marta Rovira y Lluís Salvadó– se reunieron ayer por la tarde para revisar a la baja la declaración soberanista.
Para que, tal y como recoge el acuerdo de legislatura entre CiU y ERC, el primer pleno ordinario del mandato apruebe la declaración en favor al derecho a decidir, nacionalistas y republicanos registrarán hoy a las 10.00 horas el texto en el Parlament. PSC y la CUP presentaron ayer sus propuestas definitivas e ICV lo hará también hoy a las 9.00 horas.
Además de las críticas del PSC e ICV, Unió presionó a su socio para rebajar el tono soberanistas del texto. El comité de Unió planteó incluso aplazar el debate de la declaración para poder sumar el «máximo» consenso posible con otros partidos como ICV y el PSC. La portavoz democristiana, Marta Llorens, echó mano de un proverbio para recordar a Mas que las prisas no son buenas compañeras de viaje: «Si quieres ir de prisa, ve solo. Pero si quieres ir lejos, ve acompañado». Y como Unió quiere ir lejos, «para hacer efectivo el derecho a la autodeterminación», no descartó «empezar de nuevo», convencida, tal y como comentó Josep Antoni Duran Lleida, de que el proceso empezó con mal pie.
Pero ERC no se lo puso fácil. El propio Oriol Junqueras admitió que no entendía la necesidad de volver a redactar un texto que «ya tiene el apoyo de la mayoría absoluta en el Parlament», aunque esta mayoría, 71 de los 135 diputados diste mucho de la deseada por Mas. Los próximos días, CiU y ERC intentarán que PSC, ICV y la CUP suscriban este u otro texto enmendado para sumar los 107 diputados a favor del manifiesto.
El primer secretario del PSC, Pere Navarro avanzó que la condición que los socialistas ponen para sumarse al texto es que haya un cambio de actitud y en éste no prefigure un resultado. La misma condición que exige ICV.
Navarro se ve reflejado en Copérnico
Dirigentes del PSOE volverán a desayunar hoy de mal humor al comprobar que el PSC piensa llevar a votación parlamentaria el derecho a decidir. La propuesta de resolución del PSC aboga por «hacer posible que los ciudadanos de Cataluña puedan ejercer su derecho a decidir sobre el futuro de las relaciones entre Cataluña y España». En este sentido, instan a la Generalitat a acordar con el Gobierno en el plazo de «dos años» las reformas legales necesarias para que los catalanes ejerzan este derecho. También abogaron por cambiar la España de las Autonomías por una España federal, un proyecto que el PSOE asume con la boca pequeñar. «Tampoco comprendieron a Copérnico y se demostró que tenía razón; el federalismo es una buena alternativa», dijo Navarro, comparándose con el autor de la teoría heliocéntrica.
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