Ahora en Común

Colau regala 150.000 euros a la Universidad Progresista

La alcaldesa sale al rescate de la entidad en dificultades financieras y asegura su viabilidad durante tres años con una subvención extraordinaria. En las jornadas participan PSC, ERC , la CUP o los sindicatos

El teniente de alcalde de Ada Colau, Gerardo Pisarello, fue invitado a esta edición de la Universidad Progresista
El teniente de alcalde de Ada Colau, Gerardo Pisarello, fue invitado a esta edición de la Universidad Progresistalarazon

La alcaldesa sale al rescate de la entidad en dificultades financieras y asegura su viabilidad durante tres años con una subvención extraordinaria. En las jornadas participan PSC, ERC , la CUP o los sindicatos.

Por muy partido nuevo que uno sea, nadie está a salvo de los diferentes circuitos veraniegos que los partidos tradicionales sustentan y protegen desde hace tiempo. Ni siquiera la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha podido resistir la tentación. De las arcas municipales han salido 150.000 euros con destino a la Universidad Progressista d’Estiu de Catalunya (Upec). Pese al nombre, se trata simplemente de unas jornadas estivales para filosofar sobre Cataluña. Exactamente lo mismo que CDC hace con la Universidad Catalana d’Estiu, pero, como su nombre indica, con mayor presencia de partidos de izquierdas. Es decir, PSC, ICV y ERC y ahora también Barcelona en Comú.

En esta tesitura, a nadie extraña que Oriol Junqueras o Joan Herrera aparezcan como «aportadores» de fondos a la Upec. Su presidente, Jordi Serrano, es afiliado socialista y entre los vicepresidentes destaca Carles Martí, concejal y teniente de alcalde del PSC en el Ayuntamiento de Barcelona. Todo queda en familia, en cualquier caso, ya que entre el consejo social lo integran, entre otros, diferentes facciones de CC OO, UGT e incluso algún sindicato estudiantil vinculado a las juventudes comunistas.

Al menos, así se han ahorrado el bochorno de la Universidad convergente que en 2011 tuvo a bien entregar al ex president Jordi Pujol el premio Canigó «por su relevancia en favor de la relación cultural, cívica, científica o política entre los Países Catalanes».

La presente edición, que tuvo lugar a comienzos de julio, contó con la presencia del primer secretario del PSC, Miquel Iceta; la secretaria general de ERC, Marta Rovira; el diputado de En Comú Podem, Xavier Domènech, y el también diputado de la CUP Benet Salillas, que participaron en un espacio de debate de la universidad, titulado «Somiem truites» (Soñemos utopías). En el bloque municipal estuvo presente el teniente de alcalde del ayuntamiento, Gerardo Pisarello, que, a la sazón, fue el encargado de repartir las subvenciones a la Upec a razón de 50.000 euros anuales durante el periodo 2016-2019.

Al respecto, el presidente del grupo municipal del PP, Alberto Fernández, aseguró que la Upec «es el divertimento de verano del antiguo tripartito con fondos públicos». «Tiene poco de universidad y mucho de progresistas, pero de progresista excluyente, a tenor del sesgo ideológico que presenta», añadió. A su juicio, «si se trata de un chiringuito que al menos se financie a través de subvenciones ordinarias», y no excepcionales como es el caso.

Lo cierto es que la Upec no pasa por su mejor momento financiero. La llegada de CiU tanto al Ayuntamiento como a la Generalitat supuso un jarro de agua fría para sus aspiraciones. Así que con Colau han encontrado un clavo al que agarrarse. Al fin y al cabo. Barcelona en Comú integra a la antigua ICV y recientemente la alcaldesa ha firmado un acuerdo de gobierno con el PSC. Por lo que el antiguo tripartito municipal se repite y, por lo tanto, las subvenciones a la Upec. La universidad, en cualquier caso, ya había puesto en marcha una particular campaña de financiación. La imagen del volante no podría ser más explícita. Mientras una pareja de jóvenes pasa la hucha, un militar, una monja y un hombre de traje con un maletín en el que se lee «mercado financiero» intentan escapar de la escena.

En cualquier caso, esta edición de la Upec ha servido ta,bién para redoblar las presiones sobre el Ayuntamiento de Barcelona por parte de grupos independentistas. La Ciudad Condal sigue al margen de la Asociación de Municipios por la Independencia pero le urgen a organizar una consulta para dirimir su rol.