China

Comedia muy «British»

El Teatre Victòria acoge uno de los últimos grandes éxitos del West End londinense, «Un jeta, dos jefes», desternillante sátira «mafiosa»

El elenco de esta adaptación de la obra de Richard Bean que triunfa en el West End
El elenco de esta adaptación de la obra de Richard Bean que triunfa en el West Endlarazon

A la cartelera barcelonesa le encanta Shakespeare,adora a Chejov, llora de gusto con Mamet, Pinter o Stoppard, pero, por encima de todas las cosas, vibra y le brillan los ojos con la comedia inglesa. Estos británicos con aspecto tan formal son auténticos genios en la comedia de equívocos, en la farsa costumbrista, en el vodevil de abrir y cerrar puertas, en hacer reir hasta llorar a las personas más serias del mundo. Otra prueba de esto es «Un jeta, dos jefes», que mañana estrena el Teatre Victòria y que promete ser la comedia de éxito de la temporada.

La obra, escrita por Richard Bean, es uno de los actuales fenómenos del West End, en un montaje basado en el clásico italiano «Il servitore di due padroni», de Carlo Goldoni. ¿Es menos «british» por ello? Ni hablar, como si el té fuese menos inglés porque surgió de China. La adaptación, en formato bilingüe, la firma un gran conocedor de la comedia inglesa, Paco Mir, miembro del Tricicle, y está dirigida por Alexander Herold, otro gran conocedor del teatro hecho para hacer reír a los ingleses y que, vaya por Dios, hace reír a todo el mundo.

El montaje narra la intrincada y desternillante vida de Dino, un pobre hombre que se verá obligado a hacer un salto mortal para poder sobrevivir. Por un lado, trabaja como chófer de un líder mafioso. Por otro, es el hombre de confianza de su rival. Tendrá que engañar a unos y otros para poder salirse con la suya. El resto de personajes no se lo pondrá nada fácil, Su jefe, Mario, en realidad es una mujer llanada María. Su rival, Sebastián, es el prometido de María y no tiene ni idea de esta doble identidad. El resultado final será un equívoco detrás de otro hasta tal extremo de locura que cualquier otra comedia parece sólo una broma en un funeral.

Doce actores forman el elenco de una pieza que incluye a cuatro músicos en directo. Con una puesta en escena realista, ambientada en un pequeño pueblo mediterráneo, las escenas se sucederán a toda velocidad hasta el gran clímax final, tan inesperado como brillante. Dios salve a la Reina.