Sanidad

Denuncian 17 casos de lipoatrofia en la UB del Raval pero el centro admite 3

La patología está asociada a los denominados «edificios enfermos»

Imagen de la entrada principal del Campus de la Universidad de Barcelona del Raval, inaugurado en 2007
Imagen de la entrada principal del Campus de la Universidad de Barcelona del Raval, inaugurado en 2007larazon

La asociación EnSalut denuncia que las prisas por construir los edificios del campus de la Universidad de Barcelona del Raval están mermando la salud de sus trabajadores e, incluso, estudiantes. Por su parte, el centro señala, en un comunicado, que desde que se detectó un posible primer caso de lipoatrofia semicircular –un trastorno de la grasa subcutánea que se asocia a los denominados «edificios enfermos»–, se puso en marcha el protocolo establecido por la Generalitat.

La universidad admite que desde que entraran en funcionamiento las nuevas instalaciones, en 2007, tres personas han sido diagnosticadas de esta enfermedad y que «se han tomado todas las medidas aconsejadas por los técnicos y otros expertos consultados». Sin embargo, la entidad rechaza que el centro haya hecho todo lo que está en sus manos, ya que no son tres personas las afectadas sino 17, de las que dos fueron reconocidas por el CatSalut ya que el servicio médico de empresa de la UB y la Mútua Universal «no han reconocido la existencia de los síntomas, llegando a decir que se trataba de un problema de edad o simplemente de celulitis».

Explican, desde EnSalut, que «la acumulación de electricidad estática –una de la causas de patología antes mencionada– es excesiva y se producen descargas en los pomos de las puertas y en los objetos metálicos». Además, señalan que, según el protocolo de la Generalitat a aplicar en estos casos la humedad en los edificios debe ser del 50 por ciento, pero «en el campus muchos días no llega al 50 por ciento y en invierno, cuando se enciende la calefacción, ronda el 30 por ciento».

Con todo, y a pesar de que la UB asegura haber hecho todo lo posible y necesario, el comité de empresa presentó una denuncia ante la Inspección Provincial de Trabajo de Barcelona el pasado mes de abril. «El tema ahora está en las manos», apuntan desde la UB que está a la espera de recibir indicaciones del Centro de Seguridad y Salud Laboral. Por su parte, EnSalut destaca que una de las primeras personas afectadas fue trasladada del centro en octubre de 2010 y que otra decidió esperar a que la universidad implementara las medidas a las que se había comprometido pero con el tiempo «no han funcionado».

Pero la entidad no sólo denuncia que la afectación a la salud de los empleados y estudiantes –aseguran que se ha dado un caso entre el alumnado–, sino que apuntan a otras muchas deficiencias estructurales. «Unas baldosas de la fachada están puestas al revés y cuando llueve en vez de repeler el agua la absorben; teniendo en cuenta la orientación de las aulas y la distribución de las mesas y las sillas, un mediodía soleado es necesario encender las luces para ver con claridad y el desnivel de las conexiones del alcantarillado público no se calculó bien por lo que los pisos, en vez de desaguar en el alcantarillado público lo hacen en un colector que no puede drenar bien» son algunas de las deficiencias señaladas por EnSalut.