Literatura

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El culpable del boom criminal

El librero y director de BCNegre, Paco Camarasa, publica «Sangre en los estantes», un libro en el que repasa, de la A a la Z, lo mejor del género negro

Paco Camarasa ayer en la sede de su antigua librería, «Negre i Criminal», todo un referente del género de 2002 a 2015
Paco Camarasa ayer en la sede de su antigua librería, «Negre i Criminal», todo un referente del género de 2002 a 2015larazon

El librero y director de BCNegre, Paco Camarasa, publica «Sangre en los estantes», un libro en el que repasa, de la A a la Z, lo mejor del género negro.

La culpa, ese es el gran tema de la novela negra. Desde ese mes de abril de 1841, cuando Edgar Allan Poe inició la publicación de sus historias de la calle Morgue y August Dupin se convierte en el primer detective de facto en busca de un culpable, a 1861 y «Crimen y castigo», donde Raskolnikov no puede aguantar con la culpa por sus crímenes, pasando por el «hard boiled» y la destrucción violenta de los malos o los complejos entramados de corrupción escandinava que sitúan la culpa en un sistema opresor en busca de socabar la decencia. La culpa, ese es el único tema, con sus mil variantes. ¿Y Cual es el culpable de que el génere negro goce hoy día de más prestigio que nunca en nuestro país? Pues de un poeta. Sí, el culpable es un poeta, Luis Cernuda.

A finales de los 60, Paco Camarasa era otro de esos estudiantes universitarios, melenudos y radicales, que creían que no había nada peor que la evasión, y que leer precisamente para evadirse era un doble crimen. Hasta que un buen día se tropezó con la edición de bolsillo de Alianza de «Cosecha Roja», de Dashiell Hammett, con prólogo de... resdoble de tambor, Luis Cernuda. Si un poeta exhiliado de izquierdas recomendaba un libro de género, entonces tenía que valer la pena. Camarasa se libró de los prejuicios y comenzó a leer y el hechizo le duró para siempre. Desde ese momento, su misión sería quitar los prejuicios contra el género, como Cernuda se los quitó a él. Y lo logró, primero desde su icónica librería, cerrada el año pasado, «Negra y Criminal», y después como director del festival BCNegre. «Cuando cogimos “Cosecha roja” creíamos que se refería a una historia de campesinos andaluces, pero los que nos encontramos fue un shock. Nadie ha contado el número de muertos que acaban en esa novela», comenta Camarasa.

Este divulgador y catalizador del género negro acaba de publicar «Sangre en los estantes», un libro en que, a partir de la historia de su librería, y su sin fin de anécdotas, nos documenta lo bueno y mejor que ha dado este género y cómo ha crecido en temáticas y diferentes culturas a los largo de los años. Ordenado en pequeños ensayos de la A a la Z, nos habla de Hammett, por supuesto, y de una retahila de un centenar de autores. «Es el libro que siempre me hubiese gustado tener en mi librería. Los libreros estamos ahí para orientar, para guiar a los lectores, y eso es lo que he intentado hacer con este libro, divulgar las mil caras del género y expandir sus límites», explica Camarasa.

Su conocimiento enciclopédico del género le permite trazar conexiones entre autores y así dar pistas a los lectores hacia donde seguir leyendo. «Si alguien me dice que mi libro le ha provocado coger uno de los libros u autores de los que hablo, eso me hará muy feliz»; señala el librero. Aunque lo que hace de este libro algo especial son sus propias anécdotas en «Negra y criminal» y su relación con diferentes autores, desde emborrachar a Arnaldur Indridason con botella y media de un Rioja para conseguir que al menos sonriera un poco a un James Ellroy que le ofreció comprarle la librería al problema entre los servicios de seguridad de Patricia Cornwell y Artur Mas. Un aviso, no le gusta nada Cornwell, «la autora más antipática que he conocido».