Disturbios

El desalojo del feudo «okupa» La Carboneria acaba con violentas protesta antisistema

El desalojo se alargó durante más de tres horas
El desalojo se alargó durante más de tres horaslarazon

Los Mossos d'Esquadra identificaron ayer al mediodía a un total de 16 personas que se encontraban dentro de La Otra Carboneria, uno de los feudos históricos del movimiento «okupa» de Barcelona. Por orden judicial, los agentes desalojaron el edificio, situado en la calle Urgell, a pocos metros del mercado de Sant Antoni. Dos jóvenes antisistema se colgaron de la fachada durante más de una hora para evitar la intervención policial, aunque no lo consiguieron. Los «okupas» conocían la operación desde hacía días.

Un amplio dispositivo de unos 300 mossos antidisturbios acordonó la zona, aunque rápidamente se concentraron en el lugar centenares de «okupas» y jóvenes antisistema. Al finalizar el desalojo, se manifestaron por las calles adyacentes y tumbaron contenedores, además de realizar pintadas en alguna sede bancaria.

Por la noche hubo otra protesta, más multitudinaria, con unos 600 jóvenes, que dañaron cajeros automáticos en la zona del Eixample. Al cierre de esta edición no había detenidos, y los Mossos utilizaron por primera vez el cañón de sonido para avisar a los manifestantes. Se trata del dispositivo que sustituye a las polémicas pelotas de goma.

El edificio, que estaba «okupado» desde 2008, fue desalojado por orden de la juez, a instancias de la inmboliaria Fbex Promo –que quebró hace dos años– y de los actuales dueños, Barclays Bank, que ya recuperaron las llaves de la propiedad, una vez registrada a fondo por los agentes, que comprobaron que la estructura de la vivienda no corría peligro ni importantes daños.

Tres vigilantes de seguridad se quedaron custodiando la puerta, que sufrieron el lanzamiento de huevos, agua y tomates por parte de los manifestantes antisistema. Normalmente vivían en La Otra Carboneria una veintena de personas.

Además de los citados antidisturbios, los Mossos desplegaron numerosos furgones policiales y un helicóptero, y contaron con la ayuda de efectivos de los Bomberos de Barcelona. El férreo cordón policial evitó cualquier tipo de incidente grave, algo por otra parte en parte de los desalojos de los principales feudos «okupas». La Policía Autonómica tuvo que utilizar una grúa para que sus efectivos pudieron llegar donde estaban las personas colgadas, en la cuarta de las cinco plantas del edificio.

Protesta antisistema

Tras el desalojo, que comenzó a las 12.30 y finalizó sobre las 16.00 horas, unas 200 personas cortaron la Gran Vía, pasaron por la calle Pelayo y la Rambla hasta llegar a la facultad de Geografía e Historia de la Universitat de Barcelona (UB), cantando el habitual «Un desalojo, otra 'okupación'».