Cataluña
El enemigo en casa
Un libro expone la verdadera historia de Jan Buyse, el nazi que se ocultó en Siurana tras el fin de la II Guerra Mundial
A veces uno se encuentra una noticia, LA NOTICIA en mayúsculas, donde menos se espera. Eso es lo que le sucedió un día al escritor y periodista Toni Orensanz, cuando acompañó a una amiga a entrevistar a una entrañable viejecita para hablar sobre montañismo. No sé podía imaginar Orensanz en ese momento que se iba a encontrar con el punto de partida de lo que es su nuevo libro y que acaba de publicar Ara Llibres.
«El nazi de Siurana», que es como se titula este ensayo, nos adentra en una historia hasta ahora desconocida en la que se aclara un misterio que siempre rodeó al pequeño y hermoso pueblo de Siurana, en la villa del Priorat, donde acabó ocultándose un extranjero con su pareja Anita Salden. Era un belga conocido por Juan Buyse, propietario de una finca en Siurana conocida popularmente como «el chalet del belga» –por las buenas lenguas– o como «el chalet del nazi» –por las malas lenguas», posteriormente convertida en un hotel.
Tras la muerte de su marido, en 2002 a los 89 años, Anita Salden quemó todo cuanto guardaba del difunto, únicamente conservando algunas de las excelentes fotografías que éste realizó como aficionado al todo lo relacionado con el montañismo. Es más, con los años Buyse pasó a ser todo un referente para los aficionados a estas prácticas.
El primero en sospechar sobre el pasado oculto de Buyse fue, como recoge Orensanz, el escritor y editor Joan Sales, el autor de la descomunal novela «Incerta glòria», toda una denuncia de los horrores de la guerra. Ambos coincidieron en Siurana, pero entre ambos surgió un fuerte distanciamiento, sobre todo por motivos ideológicos. Sales fue el primero en confirmar que el belga de Siurana había sido un miembro de las SS, un colaboracionista que había logrado escapar de la cárcel después de la II Guerra Mundial, ocultándose en aquel remoto pueblo.
En su búsqueda, todo un ejemplo de lo que debe ser el periodismo de investigación, Orensanz consigue averiguar que Jan Buyse, antes de desterrarse en España, era un kriegsberichter de las Waffen SS. Es decir, era un informador de los nazis, un fotógrafo adscrito a las Waffen SS bajo las órdenes del temible Heinrich Himmler, el arquitecto de la llamada «Solución final», es decir, del exterminio de seis millones de judíos.
«El nazi de Siurana» recoge algunas fotografías en las que se puede ver a Buyse con su uniforme nazi , incluso como conferenciante en Bruselas como líder de las Algemeenee SS, hablando ante su auditorio bajo la protección de un retrato de Adolf Hitler.
Pero la investigación de Toni Orensanz no se limita al territorio del exilio catalán. Su búsqueda se extiende por los archivos belgas donde se conservan los documentos relativos a los procesos que se llevaron a cabo contra dirigentes nazis una vez acabó la guerra. Esos papeles le demostraron que el viejecito que murió en Siurana formaba parte de la élite nazi flamenca. Era uno de los integrantes de la asociación De Vlag, de donde partieron los hombres armados que quisieron arrasar violentamente con la Resistencia durante la ocupación nazista en Bélgica. En el sumario también aparecía Anita Salden.
Jan Salden fue juzgado y, a diferencia de otros compañeros suyos, logró salvarse de morir colgado en la horca, pero fue condenado a cadena perpetua. Sin embargo, no acabó su vida entre rejas sino en un apacible pueblo, considerado como uno de los más bellos de Cataluña. Asimismo logró hacerse con la nacionalidad española pasando de ser Jan Buyse al señor Juan Buyse, el belga que residía en Siurana.
El que fuera uno de los informadores de las SS llegó incluso a mantener algunos contactos en España con su compatriota Léon Degrelle, oficial de las Waffen SS. De hecho, Degrelle –quien inventó el ser la inspiración de Tintín para Hergé– fue una de las obsesiones de los cazadores de criminales de guerra, pero siempre logró tener el buen apoyo de Franco. «El nazi de Siurana» bucea en todo este mundo de manera excelente, demostrando que se puede hacer todavía buen periodismo.
«El nazi de Siurana»
Toni Orensanz
ARA LLIBRES 292 páginas,
19,90 euros
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