Unión Europea
El Govern asegura que Cataluña podría acoger hasta 4.500 refugiados
El comité catalán de acogida pide «voluntad política» para aumentar el cupo de asilados
El mismo día que la policía griega comenzó a desalojar a los más de 8.000 refugiados que malvivían en el campamento de Idomeni, el primer contingente de asilados llegaba a España: un total de 20 personas, 7 hombres, 5 mujeres y 8 niños de nacionalidad siria e iraquí aterrizaron ayer en Barajas con la esperanza de «encontrar algo mejor de lo que dejaron en su país», relató uno de ellos a la prensa congregada en el aeropuerto.
Suponen una minoría «privilegiada» por partida doble: primero, porque vivían en apartamentos y hoteles facilitados para los asistentes de asilo en Atenas y no tuvieron que pasar por los horrores que albergan sitios como Idomeni, los centros militares o campos de detención. Y segundo, porque forman parte del limitado grupo de refugiados que han recibido el asilo de gobiernos europeos, en este caso del español.
De este grupo de veinte que llegaron ayer a Madrid, la mitad fue trasladada hasta Barcelona, donde fueron atendidos por la Comisión de Ayuda al Refugiado, CCAR. En concreto son tres familias –6 adultos y 4 menores– compuestas por una pareja con tres hijos, otra con un hijo y un matrimonio sin hijos, todos ellos sirios que huyeron de la guerra en su país. Serán instalados en algunos municipios del Área Metropolitana de Barcelona, que el secretario de Igualdad de la Generalitat, Oriol Amorós, prefirió no revelar para preservar la intimidad de los recién llegados. Un posible alojamiento podría ser la Casa Bloc de Sant Andreu, lista desde hace semanas para dar cobijo a unas 90 personas.
Todos ellos pasarán por un proceso de adaptación durante seis meses para su estabilidad emocional y de salud, tramitar las cuestiones jurídicas de reubicación y hacer una inmersión lingüística tanto en catalán como en castellano. A partir de los seis meses, los seis adultos ya dispondrán de permiso de trabajo y podrán iniciar la búsqueda de empleo, con ayuda de las organizaciones sociales y la administración.
Amorós también explicó que lo principal en el caso de los niños es iniciar su escolarización cuanto antes y que su integración en las aulas sea eficaz con clases específicas de acogida y planes de entorno.
Este contingente de 10 refugiados que acaba de llegar a Cataluña, se suma a otro compuesto por 250 solicitantes de asilo, en su mayoría ucranianos, que viven desde marzo repartidos en nueve municipios catalanes.
La Generalitat se queja de la falta de información por parte del Estado y de la «poca voluntad de acogida». Tanto el secretario de igualdad como la directora del CCAR, Estela Pareja, se mostraron partidarios de aumentar el cupo de asilados, ya que aseguran, las administraciones catalanas podrían activar infraestructuras para acoger a 1.800 personas en tres meses y hasta 4.500 en dos años. Hacerlo factible, defendió Pareja, «es sólo voluntad política».
Por el momento el Govern dispone de 882 pisos en 40 municipios, 34 de los cuales han sido cedidos por particulares, explicó Amorós, quien adelantó que si no fueran suficientes «también hay plazas en albergues comunitarios y edificios cedidos por otras instituciones y ONG».
Hoy llegan a España 28 refugiados procedentes de Italia. Son personas que forman parte de un plan piloto en el que ya se ha dado acogida a otras 18 personas. Dentro de unos días se prevé recibir a 10 personas y hasta junio a 285 refugiados precedentes de Líbano y 101 de Turquía.
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