Espectáculos
El nacimiento de los Beatles
Siempre se dice que si Shakespeare naciese en estos tiempos, sería guionista. Es posible, pero no seguro. Lo que no hay duda es que si naciese hoy día, sería un niño al que le encantaría que sus padres le llevasen a ver obras de aquel Shakespeare que sí nació cuando le tocaba. De la misma forma, si los Beatles naciesen ahora mismo, serían unos recién nacidos que alucinarían con un espectáculo que les introdujese en las canciones de aquellos otros Beatles que también nacieron cuando les tocaba. Las hipótesis son eso, sólo hipótesis, pero los espectáculos no sólo son espectáculos, son auténticas maravillas cuya emoción uno se queda para toda la vida.
La compañía La Petita Malumaluga recoge la idea de presentar las canciones del célebre cuarteto de Liverpool a los más pequeños de la casa en el espectáculo «Bitels per a nadons». A través de más de una veintena de canciones, la compañía invita a los más pequeños, y a sus padres, a participar en un «show» multidisciplinar y sumergirse en la magia juguetona de las canciones de los Beatles.
El Teatre Nacional de Catalunya (TNC) acoge del 21 de febrero al 13 de marzo, con todas las entradas vendidas, un espectáculo que ya ha fascinado allá donde ha ido, que ya tiene fechas programadas hasta Navidad por toda España y que seguirá su recorrido en 2017 por una gira que recorrerá Asia y Sudamérica en 2017. «Nos encanta trabajar con el público más pequeño por la autenticidad que desprenden, porque ves en sus ojos si les interesas o no, y que no paran de sorprenderte con sus reacciones», asegura Albert Vilà, director artístico y percusionista de la formación.
En un espacio blanco, rodeado por el público, un violonchelista, un violín, un saxo, un percusionista y una bailarina no paran de moverse interpretando fragmentos de canciones, una detrás de otro. Empiezan con el ritmo bajo, con el tono melódico más acentuado, pero pronto empieza un «in crecendo» que invitará a los bebés a integrarse en el espectáculo y ser los protagonistas de la fiesta, no importa si es con palmas al final de «Hey Jude» o dando golpes en el suelo con tubos de percusión en «Yellow Submarine», cantada a coro por todos los presentes. «Escogimos las canciones por lo que nos hacían sentir a nosotros, porque si nos emocionan a nosotros es más fácil emocionar a los demás. La única limitación es que los arreglos se compactase bien con nuestros instrumentos», afirma Vilà.
En poco más de media hora, los niños permanecen hipnotizados por una música que ya de por sí ayudó a rejuvenecer a toda una generación. Desde entonces, no ha dejado de rejuvenecer a quien la escucha, incluso a los bebés.
✕
Accede a tu cuenta para comentar