El Parlament debatirá el uso de las pistolas eléctricas

Convocarán a todas las partes implicadas para tratar sobre una vieja reivindicación de los Mossos que fue frenada en febrero por Interior

Pese a que el conseller de Interior, Jordi Jané, frenó en febrero la compra de pistolas eléctricas para los Mossos d’Esquadra, un grupo de trabajo en el Parlament evaluará en las próximas semanas la idoneidad de utilizar o no este tipo de armas, que es una más que vieja reivindicación de la Policía Autonómica.

El grupo de trabajo del Parlament que evaluará el uso de las pistolas eléctricas, también llamadas Táser, acordó ayer la comparecencia de la cúpula y sindicatos de los Mossos, el Síndic de Greuges, entidades en defensa de los derechos humanos y, como experto, entre otros, el ex diputado de la CUP David Fernández.

Los grupos parlamentarios acordaron ayer, sin necesidad de tener que votar, reducir las 36 propuestas que planteaban inicialmente a un total de 28 comparecencias, con el objetivo de que antes de que acabe este periodo de sesiones, en julio, poder concluir sus trabajos, en los que analizan los pros y contras de las pistolas eléctricas antes de que la Generalitat decida si las incorpora en el arsenal de los Mossos.

Los Mossos llevan meses reclamando el uso de las pistolas eléctricas. La justificación más importante es por los casos en los que las detenciones son complicadas, especialmente cuando el arrestado muestra una actitud muy violenta. Una muestra sería la muerte del empresario Juan Andrés Benítez en el Raval barcelonés.

Las comparecencias, que se iniciarán la próxima semana, se celebrarán de forma quincenal, para así poder tener tiempo de elevar las conclusiones a un pleno durante el mes de julio, y se distribuirán en distintos bloques: el Síndic; entidades; sindicatos policiales; departamento de Interior, Justicia y Ayuntamiento de Barcelona; médicos; y expertos. Entre los comparecientes acordados figura el director de los Mossos, Albert Batlle, el comisario jefe, Josep Lluis Trapero, el comisionado de seguridad de Barcelona, Amadeu Recasens, así como representantes de los sindicatos policiales.

En parte, este debate se originó tras una propuesta del CUP, que quiere debatir el asunto en «términos políticos y no policiales». Los sindicatos siempre han sido favorables a la compra de estas armas, pero también son partidarios de abrir un debate.