Cataluña

El Parlament rechaza una moción sobre la unidad de todos los españoles

Sólo el PP respalda la iniciativa de Ciudadanos mientras el PSC apoya únicamente una parte del texto por limitarse a reproducir contenidos de la Constitución y no buscar nuevas soluciones

Inés Arrimadas en una imagen de archivo en el parlamento catalán.
Inés Arrimadas en una imagen de archivo en el parlamento catalán.larazon

Sólo el PP respalda la iniciativa de Ciudadanos mientras el PSC apoya únicamente una parte del texto por limitarse a reproducir contenidos de la Constitución y no buscar nuevas soluciones.

Proclamar la unidad de todos los españoles desde el Parlament de Cataluña se ha convertido en impensable. Tanto impulso ha tomado el proceso soberanista que sólo Ciudadanos y PP se atreven a ello. Ni PSC ni Catalunya Sí que es Pot están dispuestos a hacerlo porque, a su entender, hacerlo es tanto como no buscar soluciones para la convivencia o como tender trampas en el hemiciclo. Así las cosas, la moción impulsada por Ciudadanos sobre «la solidaridad, la igualdad y la unión entre todos los españoles» fue rechazada por todos los grupos con la excepción del PP.

El PSC se limitó a abstenerse en cuatro de los cinco puntos de la iniciativa y a dar su apoyo a un único epígrafe, en concreto el que constataba que «en ningún país democrático, ninguna institución ni ningún representante político puede atribuirse la capacidad de incumplir las leyes democráticas y las resoluciones judiciales que son el marco de convivencia fundamental de la sociedad». Con este enunciado, Ciudadanos pretendía invalidar la vía unilateral con la que flirtean Junts pel Sí y la CUP para consumar la independencia sin atenerse a las sentencias del Tribunal Constucional (TC).

El primer punto de la moción proclamaba que «los ciudadanos españoles somos iguales ante la ley, todos estamos sujetos al cumplimiento de la misma, y un valor supremo de la convivencia es la solidaridad entre todas las Comunidades Autónomas». El segundo manifestaba que el resultado de las elecciones catalanas del 27 de septiembre reflejaron «la gran diversidad de la sociedad catalana, refleja la pluralidad de opciones políticas existentes» y evidenció que «en Cataluña no hay una mayoría social partidaria de un proceso de separación y de ruptura unilateral con la legalidad democrática». En el resto de la moción se planteaba «no renunciar a modificar y mejorar las leyes democráticas e impulsar reformas en Cataluña y en toda España» e instaba al Govern de la Generalitat a «participar e impulsar» esas reformas.

En su intervención para defender la moción, el portavoz adjunto de Ciudadanos (C’s) en el Parlament, Fernando de Páramo, subrayó que «en una democracia se pueden cambiar las leyes cuando queramos» y, a continuación, advirtió: «Lo que no se puede hacer es saltarnos una ley cuando no nos gusta».

El PSC, por su parte, demostró una vez más su pavor a unirse al bloque de PP y Ciudadanos. El diputado del PSC Ferran Pedret justificó la abstención de los socialistas en la mayoría de puntos porque el texto se limita a «constatar los contenidos de la Constitución» sin hacer «un esfuerzo sincero» para buscar una «posible solución» a la cuestión catalana.

El portavoz parlamentario de Catalunya Sí que es Pot, Joan Coscubiela, rechazó la «moción trampa» de C’s y alertó de que «el inmovilismo y el unilateralismo acaban coincidiendo en que impiden el ejercicio del derecho a decidir, unos porque lo niegan y otros porque lo dan por amortizado.

Por parte de la CUP, Benet Salellas subrayó que él no es «español». Y el cantautor y diputado de Junts pel Sí (JxSí), Lluís Llach, en su debut desde la tribuna del Parlament, acusó a C’s de «tergiversar la semántica de conceptos como igualdad o solidaridad».