Bruselas
El PP aboga por tender puentes para mejorar la financiación de Cataluña
Pablo Casado pide dejar atrás la «crispación» para «coser heridas» a partir del 21-D, mientras Xavier García Albiol envía una carta a Puigdemont para mantener un debate en Bruselas.
Pablo Casado pide dejar atrás la «crispación» para «coser heridas» a partir del 21-D, mientras Xavier García Albiol envía una carta a Puigdemont para mantener un debate en Bruselas.
Con el independentismo en fase de repliegue, el PP ha optado también por poner gran parte de sus esfuerzos en dejar atrás el «procés» dando muestras de su voluntad por abrir una nueva etapa de entendimiento en Cataluña. A los lamentos de algunos dirigentes populares por el encarcelamiento de los ex consellers del Govern –el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, ayer dijo que le «entristece», aunque recordó que es lo que conlleva «incumplir la ley»–, ahora empieza a cobrar peso en el discurso del partido el deseo por generar un clima de concordia y pacto que facilite la satisfacción de las clásicas demandas catalanas en materia de financiación e infraestructuras.
El PP ya ha empezado a buscar generar ese ambiente y no parece dispuesto a escatimar gestos. En una visita y paseo por Castelldefels junto al ex alcalde Manu Reyes ayer, Casado rectificó y reconoció errores con algunas declaraciones «fuertes» o «poco sensibles» con los sentimientos de algunos catalanes –en la retina sigue la comparación de Companys y Puigdemont–, mientras el candidato del PP a la Generalitat, Xavier García Albiol, enviaba una carta a Carles Puigdemont para mantener un debate en Bruselas, que sirva también para aclarar algunas acusaciones que ha vertido el ex president en los últimos días contra su figura y el Gobierno. «Los catalanes tienen el derecho a saber la verdad», afirmó Albiol, que remitió la misiva a Elsa Artadi, directora de campaña de Junts per Cataluña. «En vez de insultarme, que diga dónde está escondido para debatir», añadió y arremetió contra el proyecto rupturista que ha liderado Puigdemont y las graves consecuencias que ha dejado en materia económica y social, con el fiasco de la acogida de la Agencia Europea del Medicamento como principal argumento.
En todo caso, la idea que mayor espacio va copando a medida que se acerca el 21-D es la relativa a la reforma del sistema de financiación, algo que hasta el propio presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, defendió ayer en el Congreso, aunque sin especificar en qué sentido. Casado, sin embargo, sí que fue más allá y se atrevió a afirmar que Cataluña merece una «mejor financiación», siempre que respete la solidaridad interterritorial y se forje bajo un amplio acuerdo, que empiece por sumar al PSOE. «Los independentistas deben dejar las vías unilaterales y bilaterales para volver a las mesas de negociación para lograr mejoras conjuntas», afirmó.
El PP quiere abandonar la «crispación» y el «rifirrafe», aunque reivindicando el papel que ha jugado con la aplicación del 155 para frenar el proceso independentista, y tras esta medida, pretende «recoser las heridas». Para ello, Casado, que pidió el voto a todos los catalanes, incluso a quien haya votado independentismo, llamó a la generosidad para trazar alianzas a partir del 22 de diciembre que permitan «mirar hacia adelante para salir del bucle y del hoyo». «Habrá que trazar alianzas, ceder, remar juntos, arrimar el codo y decir que esta tierra merece la pena», declaró, y agregó que la «Cataluña tiene un riqueza inmensa con la lengua y la cultura, que es una identidad que suma al resto de España». «Tiene que estar dentro de un estado autonómico, descentralizado, plural, diverso pero unido», afirmó.
Asimismo, para evitar que el independentismo regrese a los cauces unilaterales, Casado recordó las posibilades que ofrece la Constitución para su reforma o para registrar cualquier proyecto político, como el de un referéndum. En cualquier caso, tanto Junts per Cataluña como ERC ya han dado un paso atrás y en el próximo mandato van a abandonar la unilateralidad, algo planteado principalmente para ampliar la base social. Aunque para Esquerra, por ejemplo, también sirve para seducir a los «comunes», que siguen haciendo exigencias en materia de «procés». A la petición de ese giro, ayer, la número dos, Elisenda Alamany, también reclamó que en las futuras negociaciones entre Estado y Govern no se centren solo en la independencia, porque si no, nacerán «muertas».
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