Cataluña

El PP avisa de que Mas oculta la falta de unidad soberanista

La oposición se rearma ante la inacción del Govern. Exige los presupuestos para que Cataluña empiece a funcionar

Millo y Sánchez-Camacho, en el Parlament la pasada semana
Millo y Sánchez-Camacho, en el Parlament la pasada semanalarazon

BARCELONA- La coincidencia de los seis meses de Artur Mas al frente de la Generalitat en su segunda legislatura con un festivo tan señalado en Cataluña como Sant Joan evitó ayer al president una cascada de reacciones sobre su gestión. En la práctica, la oposición exige ahora lo mismo que a los tres meses de la toma de posesión, básicamente, porque la situación de Cataluña apenas ha cambiado. Lo que sí se han evidenciado especialmente en las últimas semanas son los rifirrafes entre Convergència, Unió y Esquerra debido a la consulta soberanista.

Para el portavoz del PP, Enric Millo, que el Govern haya apostado por centrarse en el proceso soberanista y ahora quiera hacer la petición de la convocatoria de la consulta al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, es porque busca un «golpe de efecto» para ganar tiempo . A su juicio, CiU busca desviar la atención de la «descomposición progresiva de la hipotética unidad por la independencia» y actúa bajo una «exigencia de guión por parte de ERC o UDC». Millo recordó que «la vía no es el Gobierno sino el Congreso de los Diputados, que es donde radica la soberanía».

En la práctica, la elaboración de unos presupuestos para este año es la mayor demanda de una oposición que deja patente que, junto con la agenda soberanista, el Govern también está tomando medidas impositivas, como subir del 8 al 10 por ciento el impuesto de transmisiones patrimoniales.

Ni PP, ni PSC, ni C's comparten los objetivos del Govern y especialmente que postergue los presupuestos hasta conocer la cifra definitiva de déficit para Cataluña que marcará el Ejecutivo previsiblemente a principios de julio. Si la Generalitat apostó por esta vía como medida coercitiva, el déficit no llegará al 2 por ciento entre otras razones porque el Gobierno no dejará que sea más alto que el alcanzado el pasado año (1,96%) cuando a las autonomías tenían que llegar al 1,5%. Por su parte, ICV está a favor del «derecho a decidir», pero ayer cuestionó que el Govern actúe por libre.

Ante la situación de impas, la oposición ha tenido tiempo de reorganizarse y comenzar a lanzar estrategias más a medio plazo. La campaña del PP catalán «Derecho a saber», por ejemplo, es una iniciativa de respuesta al mañido «España nos roba» de los independentistas, pero también forma parte de la estrategia para expandirse en el mundo local de cara a las municipales de 2015. Entre sus objetivos está desde reclutar personal en localidades donde el PP no tiene representación a afianzarse en los municipios en los que dio el vuelco.

Por su parte, el primer secretario del PSC, Pere Navarro, está recorriendo el territorio y reuniéndose con los barones socialistas para buscar adeptos a su proyecto federal con el que quiere desactivar el independentismo. Hasta el 6 de julio mantendrá estos encuentros con la intención de que la familia socialista haga suyo el modelo del PSC de cara al Consejo Territorial del PSOE en Granada. Si bien el partido ya desecha su propuesta de eliminar el concierto vasco, como mínimo Navarro mide sus fuerzas.

Activar la nueva financiación

Los populares se oponen a la convocatoria de la consulta, pero consideran que hay margen para reconducir la situación. Millo apuntó ayer que la Generalitat debería enfocar el diálogo hacia de la reforma de la financiación para buscar «un modelo singular», dentro de la Lofca. El portavoz parlamentario del PP dijo que en financiación hay margen para el pacto con el Govern.