Turismo

El turismo ruso cae un 50% en la Costa Dorada y se mantiene en la Costa Brava

Los británicos podrían erigirse como primer mercado extranjero en la zona

La caída del turismo ruso supone el descenso de un 10% de la ocupación
La caída del turismo ruso supone el descenso de un 10% de la ocupaciónlarazon

La devaluación del rublo, la crisis de Ucrania y el retroceso económico han acabado por hacer que se desvanezca el milagro ruso. Ya a finales del verano pasado se advirtió el descenso de este turismo que tantas alegrías económicas ha dado a la comunidad catalana, y éste parece que la tendencia a la baja continúa.

La caída del 50 por ciento del turismo ruso en la Costa Dorada puede provocar un descenso del 10 por ciento de la ocupación en la zona este verano, ya que ni la reactivación del turismo español ni el aumento del británico lo compensará, mientras que en la Costa Brava se espera un buen verano, similar al anterior.

El gerente de la Asociación Hotelera Costa Brava Centre, Martí Sabrià, informó que los hoteleros de la zona esperan este verano una ocupación similar a la del año pasado, que se situó en el 85 por ciento en julio y en el 94 por ciento en agosto. «No creo que haya grandes modificaciones», aseguró Sabrià, que cree que en julio hay más margen para crecer. Señaló, en este sentido, que la primera semana del mes «no ha ido mal», ya que está haciendo muy buen tiempo y mucha gente que hace vacaciones en agosto sale los fines de semana de julio. El comportamiento de la ocupación en los meses de mayo y junio, que este año han tenido un balance positivo, y septiembre y octubre, es lo que determina «si la temporada va bien o no», explicó Sabrià.

El mercado francés sigue siendo muy importante para los hoteleros de la costa, mientras que el español continúa suponiendo únicamente el 10 por ciento. «Nosotros no hemos notado la reactivación de este mercado», apuntó Sabrià, que en cambio sí ha percibido un repunte de los británicos.

Un 10% menos de ocupación

Por otro lado, el portavoz de la Asociación Hotelera de Salou, Cambrils, Javier Roig, declaró que este año la caída del turismo ruso alcanza el 50 por ciento en la zona, debido principalmente a la depreciación del rublo, lo que «será difícil de reemplazar por otros mercados»·. Según Roig, el mes de julio terminará con entre un 10 y un 20 por ciento menos de ocupación respecto al año pasado, y dado que los precios medios de venta de hoteles también han caído «el balance económico no será el esperado». En agosto, se espera una recuperación del turismo español y catalán y, probablemente, el mercado británico también aumentará considerablemente, debido, entre otros factores, a que se han incluido en su programación tres nuevos vuelos semanales al aeropuerto de Reus desde el Reino Unido.

Así, el turismo británico podría desbancar este verano al ruso como primer mercado extranjero en la zona y suponer el 21 o 22 por ciento del total.

Roig destacó que algunas desgracias, como los atentados terroristas sufridos en Túnez, pueden desviar turistas hacia otros países, como España.

Por su parte, el presidente de la Federación de Hostelería de Lleida, Juan Antonio Serrano, espera una ocupación en el Pirineo «un poco por debajo de lo habitual».

Con una ocupación del 45 por ciento en julio y del 65 por ciento, en agosto , Serrano considera que la zona «no es un destino turístico importante» en esta época del año. Contrariamente a lo que manifiestan otros hoteleros, Serrano explica que el turismo español «se está comportando mal» y cree que no ha superado la crisis, al menos en lo que se refiere al turismo de montaña.

El turismo rural tendrá una ocupación del 90 % en agosto y de un 70 % en julio, lo que puede suponer un incremento de entre un 10 y un 15 % respecto al año pasado, según las previsiones que ha hecho la asociación Turalcat.