«Estamos a la cola en la resolución de la pobreza infantil. Hay que invertir»

Anna Folch es la presidenta del comité de Cataluña de Unicef y patrona del comité español de Unicef. Desraca que «UNICEF tiene un hecho característico y es que trabaja con los gobiernos».

–¿Cuál es la razón de ser de Unicef?

–Proteger y garantizar los derechos de los niños en todo el mundo. Su fundación fue a raíz de la Segunda Guerra Mundial, cuando los países acordaron unirse para paliar las consecuencias de la guerra, principalmente en el colectivo tan vulnerable que es la infancia. Unicef es un agencia de Naciones Unidas, que trabaja y actúa en 190 países y en 1989 se consolidó cuando se firmó el tratado más ratificado de la historia, que es la Convención de los Derechos del Niño, que sigue vigente. Su misión y objetivos estratégicos son preservar y garantizar los derechos de los niños en el mundo. Unicef trabaja directamente en los países y lo hace en cinco grandes áreas, como son educación, salud, protección, VIH Sida y emergencias, ámbito en el que tenemos la capacidad de actuar desde el minuto en el que se produce la emergencia.

–¿Qué males acechan a la infancia?

–En función del país, destaca un aspecto más que otro. A nivel mundial global no podemos centrarnos sólo en un punto, pero un gran problema es la pobreza y ésta da como consecuencia la mala nutrición, falta de salud, repercute sobre la educación y la protección de los niños... Independientemente de las particularidades de cada territorio, estaríamos hablando de que los recursos no llegan y esto conlleva carencias. A nivel mundial, las cifras de mortalidad siguen siendo inaceptables. En 2015, murieron 5,8 millones de niños menores de cinco años, aunque en comparación con 1990, cuando al año fallecían 13 millones , la situación ha mejorado significativamente.

–¿Qué signo de identidad diferencia a Unicef de otras organizaciones?

–Unicef no es una oenegé como tal, que suele actuar de forma local y a corto plazo. Unicef tiene un hecho característico que nos diferencia de otras organizaciones y es que trabajamos con los gobiernos de todos los países para que se pongan las políticas de infancia en la agenda de estos países y prioricen sus recursos económicos y de todo tipo en políticas de infancia para poder favorecer y garantizar sus derechos. Incluso en las emergencia actuamos conjuntamente con todos los países del mundo. Y aquí, también.

–Unicef sólo invierte en los países receptores y España no lo es. Así, ¿qué labor realiza aquí?

–Moviliza recursos de los socios y aliados de Cataluña para actuar en los países donde hay necesidades, tanto en el plano de ayuda humanitaria normal como de emergencias. Como Cataluña no es un país receptor de ayuda, sino donante de ayuda según los parámetros de Naciones Unidas, actuamos directamente con el Gobierno y la sociedad para concienciar y sensibilizar acerca de la necesidad de esta cooperación internacional y además estamos también directamente actuando y ayudando a hacer políticas al Gobierno catalán para poder actuar con la pobreza relativa de Cataluña. Estamos hablando de que tres de cada diez niños están en una situación de pobreza o exclusión social y uno de cada diez vive en hogares en los que ningún adulto trabaja. La pobreza en Cataluña tiene cara de niño porque son cifras muy altas.

–Puede ser difícil de entender que lleven a cabo programas contra el hambre, por ejemplo, en el África subsahariana y aquí, no.

–No corresponde a la misión de Unicef a nivel mundial ni a la misión que nos ha encomendado Naciones Unidas, que es la de trabajar en estos 190 países en los que hay una vulnerabilidad de la infancia más acusada. Desde 1970 España es un país donante a nivel de PIB, pero en cualquier caso, este trabajo de incidencia política del que hablaba es más de corredor de fondo, pero podría solucionar el problema más de raíz y no tanto poner la tirita, sino que no se produzca la herida. Además, elaboramos informes que ayudan a poner soluciones reales.

–Se habla mucho de la recuperación de la economía española. Desde los datos que maneja Unicef, ¿esa recuperación está llegando al ciudadano de a pie?

–Nosotros no tenemos datos concretos de que estas cifras de pobreza infantil hayan cambiado. En principio sí que tenemos la esperanza y garantía de estar trabajando conjuntamente en la Mesa de la Infancia, que agrupa a muchas asociaciones, con las que trabajamos para paliar el problema.

–¿De lo qué sí tienen datos es de que la crisis ha agravado la situación de las familias?

–Uno de los desencadenantes de estas cifras han sido la crisis y el paro como consecuencia de la crisis. De hecho hay 215.000 hogares en Cataluña donde nadie trabaja, cifra que se ha multiplicado por cinco en desde 2007, y los hogares con niños son hasta cuatro veces más pobres que aquellos en los que no hay hijos. Y hay que invertir. Antes de la crisis, la inversión ya era baja e insuficiente, concretamente era del 0,9 del PIB en Cataluña y en España era del 1,4%, mientras que en la Unión Europea era del 2,2 %. Esto denota que España esta a la cola de Europa en eficacia en la reducción de la pobreza infantil, después de Grecia. Es necesario invertir en infancia y esto se pude hacer a través de una renda mínima, a partir de un apoyo económico por hijos a cargo.. Hay muchas maneras, pero la inversión es básica

–En Cataluña existe un Pacto por la infancia, pero a nivel estatal no.

–Se está trabajando mucho por un pacto a nivel estatal. Nosotros pedimos un pacto estatal parecido al que en su momento se hizo con las personas mayores en el pacto de Toledo para que todos los gobiernos se pusieran a trabajar priorizando esta parte de la sociedad. Parece que los gobiernos creen que un niño es responsabilidad exclusiva de sus familias, pero un niño es un ser de pleno derecho, con sus obligaciones y con sus derechos. Y esto significa que toda la sociedad ha de trabajar para que la situación de estos niños mejore, es nuestra obligación. Si ahora les damos un mejor presente, nos darán también ellos en un futuro.