Cirugía
Extirpan un cáncer y reconstruyen toda la mama en una sola operación
Superar un cáncer de mama y no perder la feminidad ni un solo día ya es posible. El Servicio de Cirugía Plástica del Hospital Universitario de Bellvitge ha desarrollado una técnica, que con la ayuda de los oncólogos, permite extirpar el tumor y reconstruir la totalidad de la mama en una sola intervención quirúrgica. Así lo explicaron ayer los profesionales de este centro que desde hace algo más de un año han tratado a 22 mujeres con este nuevo protocolo.
A pesar de que el diagnóstico precoz y las nuevas técnicas quirúrgicas permiten detectar y extirpar los tumores de mama sin prácticamente secuelas, existe un porcentaje de mujeres, más de un 25 por ciento, que debe someterse a una mastectomía para superar el cáncer. La huella psicológica que deja en la mujer perder una mama es incuestionable y, por ello, los profesionales, tanto los cirujanos plásticos como los cirujanos oncológicos buscaron rápidamente cómo minimizarla. Así, el tratamiento engloba la terapia contra el tumor y la reconstrucción del pecho afectado. Pero, hasta ahora, la mama no podía ser reconstruida si la mujer debía realizar más sesiones de quimioterapia o radioterapia, o como mínimo, no se recomendaba. Asimismo, la reconstrucción se realizaba en dos fases, en dos intervenciones. Primero, se recuperaba la masa mamaria y, posteriormente, se incluía el pezón y la areola. Entre una operación y otra, la paciente debía esperar entre tres y doce meses. Y, así, su feminidad se veía condicionada a esta segunda cirugía.
El equipo de Bellvitge ha puesto punto y final a esta espera. En una misma y sola cirugía, el cirujano plástico, guiado por el oncólogo, extirpa el tumor, para luego reconstruir la mama, el pezón y la areola. Además, la técnica utilizada, de la que también fue precursor este hospital hace tres años, permite que la paciente pueda someterse a quimioterapia o radiología tras la reconstrucción sin complicaciones.
Así, el cirujano plástico extirpa, mediante endoscopia, el músculo dorsal ancho y lo coloca en la parte frontal de la mama. Servirá de sujetador y protector de la prótesis situada en la parte interior. Una vez realizada esta fase, el cirujano procede a modelar el pezón y la areola con piel de la paciente extraída de su espalda. Como señaló Leonor Garrido, una de 22 las pacientes, «físicamente me veo bien y el peaje que he tenido que pagar es una pequeña cicatriz en la espalda de no más de cinco centímetros».
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