Barcelona
Ferran BaRenblit: «Un director de museo no es un mesías que programa con libertad»
El nuevo director del MACBA regresa a Barcelona, donde estuvo al frente de Santa Mònica, tras haber sido el responsable del Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles.
El nuevo director del MACBA regresa a Barcelona, donde estuvo al frente de Santa Mònica, tras haber sido el responsable del Centro de Arte Dos de Mayo de Móstoles.
–¿Qué quiere hace en el Museo de arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) como su nuevo director?
–Aportar lo que pueda a este museo. No hay que romper con nada sino transformar y trabajar junto a todos los compañeros que ahora tengo. Hay que pensar qué será el museo dentro de cinco o diez años y viajar juntos con eso. La idea básica es que el Macba ya tiene veinte años, está en disposición de mirar su propia historia y releerse. En todo este tiempo, el museo ha ido acumulando elementos exclusivos que puede asumir como propios. A ellos iré agregando mis propias aportaciones. Las líneas del Macba están muy bien expresadas en su colección que, en el fondo, es el resultado del trabajo de estos veinte años e incluso de antes de su apertura. En mi trabajo está también el repensar trabajar junto a las administraciones y la fundación sobre la gobernabilidad, responder a los anhelos de la ciudadanía, pensar un museo en el que la centralidad sobre la audiencia esté más reforzada.
–¿Habrá una relación con la ciudadanía?
–Hay que pensar como la institución puede crear una conciencia crítica y una ciudadanía más cuestionadora en un momento que ya lo es. Estamos en un tiempo para repensar y repensarnos.
–¿Qué retos tiene el Macba actualmente?
–Este museo está en un momento no solo clave para la ciudad sino de crecimiento. El museo ha pasado de ser un edificio ante una plaza a acabar abrazándola. Acompañar al museo en este crecimiento es un reto de futuro apasionante.
–Usted ha hablado de sorprender al público. ¿Cómo se puede hacer esto en el Macba?
–Cuando digo que me gustaría ser productor de un programa, creo que el programa debería ser una trama lo suficientemente sólida para soportar sus propias contradicciones. Eso es una forma de sorprender al público. El director de la Tate Modern, Chris Dercon, habla de que hay que darle al público lo que no espera. La forma de sorprender es eso. La trama discursiva del Macba debe ser tan sólida como para admitir desvíos y eso juega a la sorpresa del público, además de cómo le dices las cosas.
–Llega cuando el museo está saliendo de la polémica que lo ha perseguido por la exposición «La bestia y el soberano», con una contravertida escultura con la imagen del anterior jefe del Estado. Este hecho provocó la marcha del anterior director, Bartomeu Marí. ¿Usted habría expuesto esa pieza?
–Opinar a posteriori es muy fácil. Creo que expondría cualquier obra de arte siempre que tenga un sentido para el museo, para una situación discursiva y que entré dentro, como decía Bartomeu, de la línea del propio museo. Ahora bien, lo que no puedo es contestar a la pregunta si expondría o no esa pieza porque ya ha pasado la polémica. No respondería en una situación de neutralidad. Creo que sería muy engañoso que repondiera de manera contundente a lo que me pregunta.
–Algunos colectivos de artistas criticaron la polémica y hablaron de falta de libertad de expresión. También se ha hablado de la intervención de las administraciones alrededor de la controversia.
–De todo eso tengo la misma información que usted. No viene en la silla de director. El museo es un espacio en continua negociación. Creo que un museo debe ser consecuente consigo mismo, con el sello que le imprimen sus responsables. En cuanto a la intervención de las administraciones, aquí y en Madrid se me pregunta si soy libre para exponer lo quiero. ¡Claro que no! Un director de museo no es un mesías que programa con total autonomía. Lo hace a partir de unas coordenadas. Esa es la realidad. Reclamo toda la autonomía y libertad que necesita no el director sino el museo. No podemos pensar que se opera desde manera autónoma, pero yo las respuestas a todo las encuentro en el museo.
–¿Hay una factura en la actualidad entre el Macba y los artistas que se quejaron tras la polémica sobre «La bestia y el soberano»?
–No soy consciente de eso. Debo decir que me han respetado mucho desde que fui nombrado hace dos meses. No soy consciente de que exista una fractura y deseo que tampoco esté en el futuro. La historia del museo es suficientemente fuerte como para que no ocurra así.
–Viene de Madrid y antes estuvo en Barcelona. ¿Hay muchas diferencias entre las dos ciudades?
–Se diferencian en el mismo número de cuestiones, pero no las que parecen más frecuentes. Diría que la relación con la audiencia es lo más similar.
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