Elecciones catalanas
La ANC interviene y exige un acuerdo para la investidura antes de diez días
Defiende que no quiere presionar a la CUP, pero parafrasea a Mas: en el proceso «no sobra nadie»
El boomerang es una arma que tras ser lanzada, si no impacta en su objetivo, o se enreda en la rama de un árbol como le sucede al macarra que aparece en la canción de los Manel, regresa al punto de origen. Por eso no hay que despistarse cuando se lanza, no sea que de vuelta le impacte a uno en el cogote y lo deje knock out (KO). ERC teme que el despliegue de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) para exigir a los 72 diputados soberanistas del Parlament de Cataluña, pero, sobre todo, para presionar a la CUP con la idea de que facilite la reelección de Artur Mas, acabe por reventar cualquier pacto. Los republicanos que en verano sucumbieron a las presiones de las entidades soberanistas para aceptar la lista unitaria saben de lo que hablan y alertan de que centrar las presiones sólo en los anticapitalistas podría ser contraproducente para la negociación.
«La CUP ha demostrado un sentido de estado en las conversaciones que se han tenido hasta la fecha», avisaba ayer el candidato de los republicanos al Congreso, Gabriel Rufián. En la misma línea se expresaron el viernes, tanto Marta Rovira como Oriol Junqueras. Entonces, había convocada una manifestación para el pasado domingo ante el Parlament de Cataluña, que bajo el lema «govern, unitat, independència», pedía a Junts pel sí y la CUP un acuerdo de gobierno «lo antes posible».
Después de los salvajes atentados en París, la ANC suspendió la protesta, pero ayer explicó que vuelve a convocarla para el próximo domingo 22 con una novedad, quiere un acuerdo antes de diez días, esto es antes del próximo 27 de noviembre. Alegan que dos meses es suficiente para cerrar las bases de un acuerdo. Pero es una petición difícil de cumplir para la CUP que no tiene «debate nacional» para consultar decisiones con las bases hasta el día 29.
La ANC negó que esté presionando solo a una parte de la negociación, en este caso, a la CUP. «La presión se reparte exactamente por igual a tres bandas: la CUP, ERC y Convergència». Aunque reitera argumentos que coinciden con los discursos de Artur Mas. En el proceso hacia la independencia «no sobra nadie», dijo Jordi Sànchez. El presidente de la ANC leyó un comunicado donde la entidad soberanista reclama a Junts pel sí y la CUP que cierren un acuerdo antes del 27 de noviembre. Un acuerdo «que aúne todas las sensibilidades del independentismo y todos los activos existentes para liderar, gobernar y conducir a los catalanes hacia la república catalana». Insiste en avanzar «sin exclusiones y con el convencimiento de que no sobra nadie, sino que hace falta sumar nuevas adhesiones».
Si hasta ahora los actores han mostrado «convicción» en el proceso soberanista, ahora, la ANC les reclama «responsabilidad». «Creo que tanto la CUP como CDC y ERC han actuado con convicción hasta ahora y lo han hecho de manera legítima; no se trata de culpar a nadie; pero esta convicción si más no nos permitirá desbloquear un acuerdo», avisó el presidente de la ANC.
Sànchez advirtió también de que la formación de un gobierno sólido «es imprescindible para que el proceso continúe». La ANC anuncia la manifestación el mismo día en que algunos dirigentes de CDC admiten que no temen no llegar a un acuerdo y no descartan la convocatoria de nuevas elecciones en caso de no firmar un acuerdo con la CUP para investir a Mas. ¿Presión o convicción? Sànchez aseguraba ayer que «el acuerdo es muy posible», que «lo tenemos a tocar», aunque alertó también de que «como más se retrase más riesgo de erosión hay». Las elecciones del 20-D, donde los partidos soberanistas lidian entre sí, tampoco ayudan.
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