El desafío independentista
La CUP aprieta las tuercas a Torra para materializar la República
Riera exige que se implemente la independencia de Cataluña en nueve meses
Si Carles Puigdemont no ha cejado en las últimas horas de reclamar a Pedro Sánchez que pase de las «palabras» a los «hechos», la CUP ha hecho lo mismo con el presidente de la Generalitat, Quim Torra.
Si Carles Puigdemont no ha cejado en las últimas horas de reclamar a Pedro Sánchez que pase de las «palabras» a los «hechos», la CUP ha hecho lo mismo con el presidente de la Generalitat, Quim Torra. Los anticapitalistas no se conformarán en las próximas fechas con el tono reivindicativo que quieren imponer el president y Puigdemont para conmemorar el 1-O, la DUI y la libertad de los presos en el juicio, sino que pedirán dar un paso más para regresar a la vía unilateral y la desobediencia para materializar la República.
De hecho, el portavoz de los anticapitalistas en el Parlament, Carles Riera, exigió ayer, incluso, que el ciclo de movilizaciones que se avecina en otoño no vaya tan dirigido contra el Estado, sino contra el propio Govern y los líderes independentistas para que aprieten el paso hacia la ruptura con el Estado. Así lo expresó en una entrevista en «El Periódico», en la que exigió a Torra que se comprometa a hacer efectiva la independencia en «nueve meses» y volvió a insistir en que el ejecutivo catalán aparque la operación de deshielo con la Moncloa porque no tiene ninguna expectativa de que pueda traducirse en algún beneficio sobre el derecho de autodeterminación. En la comparecencia del martes que viene, el president tiene previsto exponer la estrategia que seguirá el Govern para implementar la República, pero, precisamente, ahí no se contempla que ponga plazos, ya que desde la Generalitat se pretende desterrar la dinámica de horizontes temporales en la que se entró durante la anterior fase del «procés», y que se demostró fallida.
Ahora, según ha desglosado en diversas ocasiones el president, el objetivo es encontrar el «momentum», un escenario al estilo del 1-O que permita cristalizar la independencia de Cataluña. Para ello, según ha explicado, el reto que tienen por delante es prepararse convenientemente para cuando llegue el momento. Si bien, los cuperos también les intentan marcar el camino a seguir para lograr este extremo: asumir «el control efectivo del territorio y de los recursos y las infraestructuras básicas del país», etapa que según detalló Riera, pasa por devolver a la gestión pública todas las infraestructuras.
Pero más allá de toda la estrategia hacia la secesión, el Govern precisará del respaldo de los cuperos de forma inminente para lograr aprobar los presupuestos de 2019. Por ahora, parece una quimera que la CUP se preste a dar sus votos para que salgan adelante las cuentas. Incluso a negociarlos, según aseguró ayer Riera. «No volveremos a caer en la misma trampa», afirmó, en alusión a que no volverán a dar sus votos como en la negociación de los presupuestos para 2017. En aquella ocasión, Puigdemont se comprometió a hacer una referéndum si la CUP apoyaba las cuentas. El referéndum lo hizo, pero no cumplió con la totalidad del compromiso, que era aplicar los resultados y desplegar la independencia de Cataluña tras la DUI del 27 de octubre.